La Seguridad Social acumula retrasos de hasta 36 meses en la resolución de un expediente de incapacidad laboral tramitado por un enfermo oncológico. Estos son los datos que baraja la junta provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer, AECC, que ofrece también asesoramiento a los pacientes cuando se ven abocados a regresar al mercado laboral a pesar de que su salud ya no se lo permite.

Las complejas secuelas que dejan en los pacientes los tratamientos prolongados a los que se ven sometidos para frenar los efectos de la enfermedad derivan con mucha frecuencia en una merma de las habilidades y capacidades para volver a desempeñar un puesto de trabajo, que a menudo no son tenidas en cuenta por el equipo de valoración de la Seguridad Social.

"Nos encontramos con frecuencia con que un médico le dice al paciente que no podrá volver a su puesto de trabajo; pero cuando se valora una incapacidad laboral, en sus diferentes grados, viene denegada", explica Pablo Baña, miembro del equipo psicosocial de la AECC y coordinador del Programa de Atención a Enfermos con Patología Avanzada, financiado por la Obra Social de La Caixa.

Por ello desde la junta provincial se encargan también de este escollo al que se tienen que enfrentar los enfermos oncológicos. Desde la agrupación tramitan los recursos administrativos necesarios hasta agotar esta vía. Y si la Seguridad Social insiste en su negativa, la AECC opta por judicializar la reclamación.

"Nosotros nos encargamos de todo, pero el proceso es largo porque la administración es lenta a la hora de tramitar y responder, y mientras tanto las persona" los pacientes ven afectada su calidad de vida, ya precaria a causa de una secuelas persistentes.

Al menos 10 personas están en esta situación en el área de Pontevedra, pendientes de que una sentencia judicial les dé la razón y les reconozca la percepción de una prestación que garantice su equilibrio económico.

Casos escandalosos

"Desde la AECC animamos a los pacientes a denunciar por vía judicial porque nos encontramos con casos realmente escandalosos". Pablo Braña relata el caso de una mujer joven con un linfoma y con un tratamiento en un hospital de día que trabajaba desbrozando montes. "Su sistema inmunitario estaba muy dañado pero le dieron el alta, cuando todavía necesitaba el tratamiento. Tuvimos que demandar a la Seguridad Social porque rechazó la incapacidad y, afortunadamente, ganamos".

Sin embargo no todos los casos tienen el mismo final. Pablo recuerda a otra mujer, que padecía un cáncer de mama y trabajaba en una empresa de congelados en el puerto de Marín. "A consecuencia del tratamiento le diagnosticaron una afectación hepática, pero no le reconocieron la incapacidad. A los 15 día fallecía. En este caso no hubo tiempo a recurrir a la vía judicial".

En total en los seis primeros meses de este año la Asociación ha optado por judicializar los casos de diez pacientes.

Desde la AECC trabajan a nivel nacional para que en la valoración de una incapacidad en cualquiera de sus grados se tenga en cuenta el pronóstico médico general, porque "normalmente deciden en base a lo que ven en ese momento concreto; aunque se trate de un caso que médicamente no tendrá solución".

Además del asesoramiento legal, la AECC trata de dar cobertura económica a los pacientes que se encuentran en esta situación. "Es muy duro superar una enfermedad de este tipo, con las secuela psicológicas que deja, y tener que enfrentarse también a problemas económicos que no pueden resolverse volviendo al mercado laboral, porque esa es una opción que su propia salud les niega".

Este programa, por tanto, refuerza otras propuestas que la AECC desarrolla diariamente para paliar los efectos de esta enfermedad y que se centran en atención psicosocial, orientación sanitaria y acompañamiento voluntario en hospital o domicilio, de forma totalmente gratuita.

La AECC dispone también de programas de apoyo y acompañamiento que permiten atender las necesidades de los enfermos y sus familias desde el mismo momento del diagnóstico y durante todo el proceso de la enfermedad.

El perfil más amable de este trabajo de inserción laboral que realia la AECC lo muestra la apertura de más de un centenar de expedientes que van encontrando el apoyo necesario para volver al trabajo, de la mano de un equipo profesional de trabajadores sociales que ponen a su disposición todo tipo de herramientas para facilitar un reciclaje nada fácil.

Volver al mercado laboral después de haber superado una enfermedad oncológica o de haber dedicado un largo periodo al cuidado de una persona que la padece es todo un reto, para muchos insuperable.

Mujeres con edades comprendidas entre los 45 y los 55 años definen el perfil del programa de Inserción Laboral puesto en marcha por la AECC en la provincia de Pontevedra y que cuenta con más de un centenar de expedientes abiertos.

Apoyo psicológico y emocional, combinado con talleres y cursos que tratan de incrementar la formación para aumentar la posibilidad de trabajar son las herramientas que la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer pone a disposición de los enfermos. Y este es el marco en el que se desarrollará el taller que tendrá lugar en la sede de Pontevedra mañana jueves, de 16.30 a 18 horas y que será impartido por el orientador laboral del Concello de Vigo.