Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El meollo

Monumentos abandonados

Monumentos abandonados

César Lombera, Ramón Conde y Cuqui Piñeiro, autores vivos de las esculturas más castigadas de esta ciudad, desde el Fiel Contraste hasta don Ramón del Valle-Inclán, se lamentaban amargamente la semana pasada del abandono que sufrían sus obras por parte del Ayuntamiento.

Esa sentida queja cayó en saco roto hasta el momento. Ni el equipo de gobierno de Lores ha dicho una palabra al respecto, ni tampoco la oposición municipal ha tomado iniciativa alguna.

Los escultores muertos no pueden hablar, pero clamarían al cielo en caso de poder hacerlo, por la falta de cuidado del Monumento a los Héroes de Pontesampaio, la estatua de Alfredo Vincenti, o el Monumento a los Navegantes. Si Amancio Landín, camino de convertirse en centenario, viera con sus propios ojos cómo se encuentra el conjunto escultórico que esbozó para honrar la memoria de "los hombres de estas Rías que hallaron gloria por los caminos del mar", se moriría de pena.

El ex alcalde de Campolameiro, Rafael Lago, que pasea mucho y observa con tristeza esa falta de mimo, llamó mi atención la otra mañana sobre el estado de las inscripciones que testimonian el monumento realizado por González Pola en recuerdo de la gesta de Pontesampaio. A duras penas puede leerse algo a uno y otro lado, y cuenta Lago Novás que puso el asunto en conocimiento de la concejala de turno sin resultado alguno.

"Dice que trasladó el asunto -me explica- a la Comisión de Patrimonio, a fin de obtener su autorización para intervenir, y el Ayuntamiento todavía no recibió ese permiso. A ver si escribes algo y resultas más convincente que yo".

Tanto él como yo estamos convencidos de que la concejala mentada le contó una milonga, porque el equipo de gobierno no ha reparado ninguna escultura agredida de su exclusiva propiedad. No obstante, escrito queda el lamento por si suena la flauta y alguien se da por aludido.

El Meollo de la cuestión está en atinar el motivo por el cual ni unos ni otros se preocupan un poco más de estos menesteres tan prosaicos, mientras el Ayuntamiento no ceja de montar ferias del peor gusto (plaza de Ourense ahora mismo), ni de organizar un evento propagandístico tras otro que, por cierto, cuestan un ojo de la cara.

Compartir el artículo

stats