Flores y bellas formas representadas en alfombras sobre el suelo fueron las protagonistas ayer de la celebración del Corpus en las parroquia de San José de Campolongo y de Cerponzóns, al que la lluvia respetó.

En pleno centro de la ciudad, los fieles participaron en el acto religioso con procesión incluida. Los niños de primera comunión desfilaron como es tradicional, así como la Adoración Nocturna y el palio con el viril o custodia. Acompañó al desfile la agrupación de Gaiteiros das Rías Baixas.

El miedo a la lluvia, que no cesó hasta bien entrado el día, provocó una reorganización en la parroquia a la hora dar forma a las alfombras. De este modo, solo se hicieron, con pétalos y otros elementos naturales, así como arena, en los soportales del templo de San José y en el interior del mismo, en el pasillo central hacia el altar, por el que pasó la procesión.

Y de gran belleza fueron también las alfombras del Corpus de la parroquia de Cerponzóns, que lleva 36 años cumpliendo con esta tradición. Los vecinos trabajaron desde las seis de la mañana hasta las once, cuando comenzó la celebración. Tras la fiesta religiosa, por la noche tuvo lugar una animada verbena.