El pasado 6 de marzo se cumplieron once años de la histórica sentencia que obligaba al Ministerio de Fomento a suprimir los pasos a nivel establecidos en la plaza de Placeres tras la construcción de la polémica línea de ferrocarril al puerto de Marín, que partía la plaza en dos. De hecho, esta sentencia del Supremo lo que hacía era confirmar otra anterior del año 2004 del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que decretaba la eliminación de los dos pasos sobre la vía del tren, tal y como demandaba la Plataforma Defensora de la Praza dos Praceres. Era este mismo tribunal que dictó sentencia en primera instancia, el encargado de ejecutar un fallo que, pese a que ha transcurrido más de una década, todavía no se ha cumplido.

En primer lugar fueron los distintos recursos la forma en la que se debía ejecutar la obra y si la fórmula elegida en primera instancia por la administración, que soterraba el paso de peatones y turismos, en lugar de enterrar el tren, daba cumplimiento o no al fallo.

Y el Supremo concluyó que sí, que el proyecto por el que apostaba Fomento era válido. Esto ocurrió en 2015 y, a partir de ahí, el proceso se sumió en un silencio absoluto por las partes que incluso llevó al tribunal a decretar el archivo momentáneo de la ejecución del fallo, según confirmaron esta semana fuentes del propio TSJM.

Fue a mediados de 2015 cuando la Sala de Ejecuciones del Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid se dirigió al Ministerio de Fomento para pedirle información sobre el estado de ejecución de la sentencia. Según el TSJM, en septiembre de ese año el Ministerio contestó a la solicitud de información, indicando los pasos que se estaban dando para dar cumplimiento al fallo y se dio traslado de la misma a la Plataforma Defensora da Praza dos Praceres. El tribunal esperaba una respuesta del colectivo demandante a los planes de Fomento, pero desde el TSJM señalan que esta nunca llegó. Así, en enero de 2017 y "sin que esta asociación hubiera contestado al escrito del Ministerio de Fomento y, ante su silencio, la sala instó al archivo temporal, que se concretó el 6 de marzo de 2017", explican fuentes del Tribunal Superior.

Archivo y reactivación

Fue con el traslado de esta decisión de archivo a las partes cuando se produjo una reacción, aunque casi un año después. Y así, el pasado 12 de abril de 2018 la asociación contestó "contra el archivo", activando de nuevo el proceso judicial que tiene como último objetivo el cumplimiento del fallo y la eliminación de los pasos a nivel.

El proceso de ejecución de sentencia, según fuentes del TSJM, se encuentra actualmente de nuevo en marcha tras este nuevo escrito presentado por la Plataforma, y a la espera de que el Ministerio de Fomento responda al escrito presentado por la asociación vecinal contra el archivo temporal decretado en su día.

Habrá que esperar a ver cuál es la respuesta del Ministerio y si continúa con su proyecto para eliminar los pasos a nivel o trata de aprovechar este archivo temporal decretado por el TSJM para intentar demorar todavía más o incluso evitar la ejecución de un proyecto que es un verdadero quebradero de cabeza por la complejidad técnica de cualquiera de las opciones que se habían puesto sobre la mesa.

Durante todo este proceso, el Ministerio de Fomento se había decantado por mantener el tren en superficie, algo que rechazaban los vecinos, y construir dos pasos soterrados para peatones y turismos a través de dos viales que conectarían la zona de O Cabo y el colegio Sagrado Corazón con la avenida Montero Ríos (la carretera vieja de Marín) de tal forma que la plaza quedaría dividida en dos por una línea férrea que discurriría en superficie completamente cerrada y escondida tras una barrera vegetal.

No obstante, en septiembre de 2015 el propio Ministerio reconoció ante los tribunales que se estaba replanteando su propio proyecto ante las críticas recibidas por el mismo durante el periodo en el que estuvo a exposición pública en el Concello de Pontevedra, lo que le servía como excusa para, de nuevo, dilatar la ejecución del fallo.

Tras el fallo judicial de 2007, el Ministerio de Fomento encargó a una empresa especializada la redacción de un estudio de alternativas para dar cumplimiento al fallo que obligaba a eliminar los pasos a nivel. Se realizó un análisis de todas las variantes posibles, incluso variar el trazado ferroviario para que discurriese de forma paralelo a la autovía de Marín. Una de estas propuestas incluso planteaba la posibilidad de reubicar dentro de la plaza la histórica iglesia de Placeres. Evidentemente, se rechazó por su elevado impacto paisajístico y contra el patrimonio.

Básicamente, la administración barajó realmente dos posibilidades. El soterramiento del tren, como pedían los vecinos, dado que mantendría la dividida plaza como un único espacio diáfano, igual que antes de que la línea férrea la cortara en dos; o la creación de dos pasos soterrados para peatones y vehículos, manteniendo el tren en superficie.

El Ministerio no vio con malos ojos la primera de las opciones, hasta que entró en acción el Puerto y le llamó la atención sobre algunos errores de bulto que, decían, contenían los informes. Para que el tren pudiera circular soterrado eran necesarios más de 200 metros de túnel con un gálibo mínimo de seis metros que obligarían a reordenar todos los espacios portuarios y dispararían el coste del proyecto, según se calculó entonces, hasta los 15 millones de euros. Se optó entonces por el soterramiento de los viales para vehículos peatones cuyo coste se calcula en seis millones y tiene menor afección para la actividad en el Puerto. Sin embargo, esta alternativa también tenía su complejidad, como acabó reconociendo Fomento. Por ejemplo, hay dudas sobre la inundabilidad de los viales que estarían soterrados, sobre todo por la cercanía del mar; o sobre la capacidad que tendrían estos acceso para el paso de vehículos de bomberos, dado que serían la única vía de entrada existente al colegio Sagrado Corazón o al núcleo de O Cabo.