Escondido en un pequeño zulo de un metro de alto por tres de ancho. Así fue como el narcotraficante arousano Rafael Bugallo Piñéiro, "O Mulo", intentó evitar su detención por parte de los agentes de la Policía Nacional cuando estos irrumpieron en su vivienda para registrarla en la mañana del día de Reyes de 2015.

Rafael Bugallo "Felo" era uno de los principales objetivos de la Policía como principal responsable de la supuesta rama gallega en la bautizada como "Operación Visillo", que horas antes había permitido decomisar 1.245 kilos de cocaína a bordo del pesquero "Coral I" en aguas del Atlántico. Supuestamente, según sostiene el fiscal y la Policía, la organización de Bugallo Piñeiro era la encargada de salir a buscar el alijo con una planeadora que construyeron y ocultaron en un viejo astillero de Cabana de Bergantiños.

Ayer, en una nueva sesión del juicio que se inició el pasado mes de mayo en Pontevedra, declaró enla Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra uno de los agentes que estuvo presente en aquel registro de la vivienda de "O Mulo" y en la que finalmente el narco arousano fue detenido tras 45 minutos escondido en este angosto espacio.

Aquella mañana de Reyes, los primeros en entrar en la casa fueron los GOES de la Policía Nacional que "aseguraron la vivienda", según explicó este agente. Finalizada esta tarea, se inició el registro de la vivienda. "Al principio no lo encontrábamos por ningún lado" relató este policía, quien explicó que cuando llevaban "entre 30 y 45 minutos" de registro, finalmente vieron como el propio "Mulo" salía del interior del zulo en el que hasta ese momento se había mantenido oculto. Abandonó su escondrijo quizá empujado por la falta de aire, aunque el motivo por el que acabó por delatar su presencia a los agentes no se aclaró en la vista celebrada ayer. Anteriormente, investigadores del caso relataron que lo llegaron a escuchar "respirar con fuerza" por lo que sabían que estaba en el interior de la casa, pero no lograban localizar dónde.

El zulo se encontraba camuflado detrás de un armario. Este contenía un mueble zapatero que escondía la puerta falsa de entrada al pequeño habitáculo en el que se ocultó "O Mulo" nada más escuchar que la Policía llamaba a su puerta.

En el registro en la vivienda de Bugallo Piñeiro, a quien le había llegado a obsesionar tanto ocultarse de la Policía que solía disfrazarse y ponerse pelucas en sus desplazamientos, los agentes encontraron un arma corta con munición dispuesta para ser usada y "dinero por toda la casa". Señaló este policía que "había dinero en cazadoras, en un mueble debajo del baño, en la cocina?".

El zulo no era el único escondrijo que Bugallo Piñeiro tenía en la casa. En un falso techo de un garaje los agentes localizaron la famosa carta manuscrita por el propio "Mulo" detallando el papel que jugaron cada uno de sus socios en otra anterior descarga frustrada de cocaína, y que a la postre resultó clave en las condenas dictadas no hace mucho por la propia Audiencia de Pontevedra por la cocaína de la planeadora abandonada ardiendo en A Lanzada en agosto de 2008.

Cuando llegó el turno de las preguntas de la defensa de Bugallo Piñeiro, su letrada le preguntó al agente si no sabía que en aquel momento "O Mulo" se encontraba en busca y captura por la Justicia. En su declaración inicial, Bugallo Piñeiro insistió en que se escondió de los agentes porque creía que lo venían a detener por esta requisitoria, pero no por el alijo del Coral I, del que el arousano se desentiende.

En la jornada de ayer declararon varios agentes policiales que participaron en las vigilancias a los acusados, sobre todo en la nave de As Grelas, en Cabana de Bergantiños, en la que supuestamente se preparaba la planeadora que debería salir al encuentro del "Coral". Los agentes insistieron en las medidas de seguridad que adoptaban los acusados cuando iban a trabajar a la nave. El juicio se retomará el próximo jueves.