Desde inicios del siglo pasado, la Fundación Huérfanos del Cuerpo Nacional de Policía se ocupa de prestar asistencia a los hijos de los agentes policiales que se quedan huérfanos. Una ayuda que se extiende también ante la muerte del cónyuge del propio funcionario policial. Se trata de prestaciones que en muchas ocasiones permiten que los menores y los familiares del agente fallecido puedan salir adelante, no solo en el aspecto económico, sino también emocional.

El presidente de la Fundación, Gonzalo Alonso, junto con otros profesionales de esta entidad, visitaron ayer la Comisaría Provincial de Pontevedra para informar de su actividad y también recabar más apoyos entre los agentes de la Policía Nacional en la provincia. Unas plantillas que, tal y como explicó Alonso, son bastante comprometidas en la provincia dado que un 61% de los funcionarios ya están contribuyendo con la Fundación (645 agentes en total). En el conjunto del Estado el porcentaje es de un 52%. Con todo, después de unos años de crisis económica y de recortes en cuanto a los sueldos de los funcionarios públicos, hasta hace bien poco el número de aportaciones fue cayendo y la Fundación sigue apelando a la solidaridad de los agentes para garantizar que cualquier huérfano de un policía nacional en cualquier destino de España pueda seguir recibiendo esta asistencia.

A nivel nacional, esta Fundación presta asistencia a un total de 1.319 huérfanos, 990 menores de 30 años (que es la edad hasta que reciben las prestaciones) y 329 con algún tipo de discapacidad (en este caso las ayudas son vitalicias). En Pontevedra, el número de huérfanos a los que se presta asistencia es de 24.

Aunque en los últimos años el cierre del colegio de huérfanos y su arrendamiento permite a la Fundación contar con unos importantes ingresos, la otra gran pata sobre la que se sustenta toda esta labor son las aportaciones que realizan los policías de forma voluntaria. En toda España son más de 36.000 funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía los que realizan aportaciones y explican que es casi contar con la cobertura de un "seguro de vida" con la aportación de un 0,5% del salario base, es decir, "entre 3 y 8 euros al mes". Una medida que además permite una desgravación del 40% por lo que la cantidad incluso sería menor si se echan las cuentas.

Además de la ayuda económica, la Fundación ofrece apoyo educativo y social, y pone a disposición de los menores herramientas y medios que faciliten su incorporación al mercado laboral mediante jornadas, talleres, cursos y campamentos.

Apoyo psicológico

Pero Gonzalo Alonso, insiste tambien en la labor que se presta en el aspecto psicológico. "Lo que más valoran muchas de las familias es el apoyo emocional", explicaba ayer el presidente de la Fundación, que cuenta con un equipo de psicólogos. Ante la muerte de un funcionario de la Policía Nacional o de su cónyuge "hay familias que económicamente pueden quedar mejor o peor, y emocionalmente pasa igual; hay algunas con un núcleo familiar importante que les sirve de apoyo, pero en otros casos no cuentan con este sostén y es la Fundación la que suple esa carencia".