El encuentro de ayer en la Comisaría de Pontevedra también sirvió para que muchas de las familias que reciben ayuda y asistencia (o que la recibieron en algún momento), agradecieran a la Fundación la labor que desarrollan y explicaran sus propias experiencias. Fue el caso de Clemente García, un farmacéutico de Vigo, hijo de un agente de la Policía Nacional fallecido que dejó cinco huérfanos, tres de ellos menores, una "situación complicada" para cualquier familia. Clemente García se dirigió a los presentes para agradecer al labor de la Fundación y señalar que "desde el primer momento en el que llamamos se nos atendía".

También intervino Gonzálo Martínez, un coruñés agente de la Policía Nacional en prácticas, que ahora quiere seguir los pasos de su padre, que también fue agente del Cuerpo y que falleció. Este huérfano recibió la ayuda de la Fundación y tras completar la titulación de Administración de Empresas quiso continuar su carrera por los mismos derroteros de su padre y está a punto de engrosar las filas del Cuerpo Nacional de Policía. Ante los que serán sus compañeros expresó su agradecimiento a todos los agentes que realizan esta aportación para la Fundación y aseguró que "solo estoy esperando a cobrar mi primer sueldo como policía para poder realizar una aportación", indicó emocionado. En el encuentro se pudieron escuchar las voces de otras familias y huérfanos que no dudaron en destacar sobre todo el sostén que supuso para ellos esta entidad.