Pillado con las manos en la masa, no en vano él conducía el Porsche Cayenne que transportaba 53 kilos de heroína con destino a Tui procedente de Alemania y previo paso por Holanda, en donde cargó la droga; el albanés Rinush G. fue ayer el único de los seis acusados de integrar una importante organización criminal dedicada a la introducción de heroína en la provincia de Pontevedra que reconoció los hechos. El juicio contra los seis sospechosos de integrar esta red albanesa y gallega se inició ayer en la Audiencia Provincial.

Eso sí, en su confesión Rinush G. se cuidó de no inculpar a ninguno de sus compañeros de banquillo. A pesar de que todos lo conocían, ninguno de ellos asegura saber nada de este transporte de droga que realizaba este albanés con uno de los mayores alijos de heroína incautados hasta la fecha en Galicia oculto en unas caletas ocultas del Porsche Cayenne. Un escondrijo que fue localizado por los agentes de la Policía Nacional que le seguían la pista en marzo de 2016.

El narcotransportista confeso, que solo respondió a su abogado, se limitó a reconocer que había aceptado transportar la droga "porque tenía problemas económicos" y que no sabía a quien se la tenía que entregar en Galicia, dado que "una vez allí alguien me tenía que contactar".

La Policía Nacional y el fiscal provincial antidroga, Pablo Varela, están convencidos de ese contacto en Pontevedra y la persona a la que Rinush debía entregar la droga era un conocido de las fuerzas de seguridad. Se trata del pontevedrés afincado en Mos Castor Manuel García González, condenado ya en una ocasión anterior por tráfico de estupefacientes. Castor Manuel niega los hechos. Aunque reconoce los contactos con el resto de los acusados, incluidos con el narcotransportista confeso Rinush, él asegura que estas comunicaciones con los acusados no tenían como objetivo el tráfico de heroína. Se justifica señalando que había contactado con Rinush para gestionar la compra de un vehículo en Alemania (asegura que se dedica a la compraventa de vehículos desde hace años) y que el día de la detención había quedado con Rinush pero no para recoger ninguna partida de droga, sino para verlo, dado que le había dicho que venía a Galicia y era conocido suyo.

Castor García también se limitó a contestar solo a preguntas de su abogado. Reconoció que viajó a Barcelona en varias ocasiones en las que se reunió con otro de los acusados, el también albanés Sokol R., a quien el fiscal sitúa como el encargado de recaudar de manos de Castor García el dinero correspondiente a los envíos de heroína que los albaneses hacían regularmente a los gallegos. Castor reconoce que se vio con Sokol en dos viajes relámpago que realizó a la ciudad Condal (su mujer, también acusada, justificó uno de ellos en que iban a hacer turismo a pesar de su corta estancia en la ciudad) pero no para pagar envíos de droga, sino para entregarle unos "regalos" para Rinush y también, es verdad, para darle dinero, pero unas pequeñas cantidades en pago del coche que le iba a traer desde Alemania. Otro de los acusados, Sokol, fue el único que respondió a todas las partes y se limitó a insistir en que solo acudió a las citas con Castor, a quien dijo no conocer, para hacerle un favor a Rinush, pero insiste en que desconoce que pudiera tratarse de algo ilícito. "Sí se que es algo ilegal no voy en un coche a mi nombre a un hotel para que me puedan grabar todas las cámaras", declaró.

Mañana continuarán los interrogatorios. Los acusados se enfrentan a penas que van desde los 11 y los 17 años de cárcel. Esta última es la que solicita para Castor Manuel a quien, junto a su mujer, también acusa de blanqueo.