Ha costado mucho, pero tras varios años luchando por ello, el Monasterio de Poio ya tiene su vino certificado bajo la Indicación Xeográfica Protexida Ribeiras do Morrazo. Pero esta buena noticia no ha llegado sola. Porque en su primera salida oficial de la bodega "santa", el vino hecho en las instalaciones Mercedarias ya ha conseguido dos reconocimiento por parte de los profesionales. Y no precisamente por ayuda divina.

El pasado fin de semana, en la VII Mostra do Viño de Vilaboa, el jurado profesional de la cata IXP Ribeiras do Morrazo dictaminó que el vino blanco de la bodega poiense era el mejor de la Indicación Xeográfica y que su tinto merecía también el bronce.

"Fue algo totalmente inesperado. Era nuestra primera muestra y ni mucho menos contábamos con conseguir estos reconocimientos", explica Sergio Fernández, representante y único trabajador de la bodega salvo durante la vendimia, cuando se amplía la plantilla.

El Mencía del Monasterio logró la mejor puntuación pese a que se enfrentaba a caldos de bodegas consolidadas como Areeiros (Vilaboa), Reboraina (Redondela) o Ardán (Marín). "A mí nuestro vino me gusta mucho, pero es que el del resto también. Por eso ha sido algo inesperado. Quizá destacaría que el sabor de Monasterio de Poio es menos afrutado, más autóctono con racimos más pequeños", comenta Fernández.

En este sentido, el padre Arsenio completa la explicación al añadir que algunas de las viñas son "bastante antiguas". "El Mencía tiene unos 15 años, pero las cepas de Albariño se sustituyeron a las tradicionales de Catalán en los años 80", expresa el religioso.

De este modo, la bodega comienza a darle salida a la cosecha del año 2017, primera etiquetada con la certificación de la IXP, que es oficial desde enero. "Antes solo podíamos poner que era vino blanco, aunque fuese Albariño", recuerda el padre Arsenio.

De cara a la campaña de 2018, Fernández destaca que las previsiones indican unas cifras mejores que el pasado año, cuando la bodega, en pleno plan renove de las viñas, produjo 3.300 litros de Albariño y 800 de Mencía. "La bodega tiene capacidad para 6.000 litros de blanco y 1.500 de tinto, aunque en algunos casos, la IXP impone unos límites de producción en función de la superficie de viñedo, que en Poio es de, aproximadamente, una hectárea.