La llegada del calor vuelve a poner en alerta a los servicios municipales de Parques y Jardines ante la proliferación de plagas que atacan a la masa vegetal urbana. En medio de los esfuerzos de apicultores y administraciones para combatir la presencia de la avispa velutina, los jardineros del Concello tienen entre manos sus propias batallas contra los "invasores", en especial el picudo rojo que ataca a las palmeras y la falsa oruga que se ceba con los fresnos de Campolongo.

Es en verano cuando el picudo prolifera de manera absoluta, después de permanecer más aletargado en invierno. De hecho, las tormentas y climatología adversa que presidió los primeros meses del año han permitido paliar de algún modo la extensión de este insecto, pero ahora, con los termómetros por encima de los 20 grados, su población se dispara y las palmeras vuelven a peligrar y eso que el censo de estos ejemplares ya se ha visto muy reducido en los últimos años.

Basta realizar un recorrido por la comarca para ver que apenas quedan palmeras privadas sanas Marín, Poio, Vilaboa, Pontevedra, Sanxenxo... Ningún municipio se libra de esta plaga. Y el servicio municipal de Parques y Jardines no deja de idear fórmulas para defender el patrimonio vegetal urbano, en especial los emblemáticos árboles de Las Palmeras.

Blindar la ciudad

Actualmente, esta unidad tiene en marcha un plan para instalar una red de treinta trampas en todo el perímetro urbano, en zonas como Salcedo, Tomeza o Monte Porreiro, por ejemplo, que sirvan de cebo para el picudo, de modo que el casco urbano quede blindado. Por el momento Las Palmeras continúa libre de este plaga, pero son ya muy numerosos los ejemplares que han desaparecido en la ciudad o que muestran síntomas de la enfermedad. En el jardín del Café Moderno, por ejemplo, ya han retirado las palmeras que mató el picudo y se han detectado casos muy cerca de los Jardines de Vincenti.

"Todo lo que caiga en estas trampas no colonizarán la ciudad", señalan desde el servicio, que aguardan a la autorización del gasto (alrededor de dos mil euros) para poner en marcha esta red de cebos, que deben estar separados al menos 200 metros de cualquier palmera.

Mientras tanto, la Estación Fitopatolóxica do Areeiro tiene activados diversos avisos por la posible llegada de otras enfermedades a frutales y otras plantas, como el mildiu, el oídio o el black rot en las viñas, pulgones o la polilla del manzano en estos árboles, el picabrotes en el peral, la drosofila en el cerezo o el escarabajo de la patata. En lo que va de mes esta centro ya ha lanzado al menos cinco avisos referidos a diversas especies, si bien la palmera no figura todavía entre ellos.

En todo caso, el servicio municipal de Parques y Jardines sí mantiene una vigilancia constante sobre los ejemplares del parque de Las Palmeras. Según sus datos, esta zona permanece a salvo del picudo gracias a las fumigaciones periódicas, pero son muchos los árboles de Campolongo afectados. Algunos han sido talados, sobre todo junto a la iglesia de San José, y otros de titularidad privada o incluso dentro del jardín de la Consellería de Sanidade están totalmente secos.