La vieja sede de la Xunta en la calle Benito Corbal, sin uso desde 2009, volverá a estar ocupada en menos de un año. Así lo certificaron las empresas que rehabilitan desde febrero pasado este edificio durante una visita de inspección a las obras por parte del vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el conselleiro de Hacienda, Valeriano Martínez, junto con el delegado territorial en Pontevedra, José Manuel Cores Tourís. Los representantes de la adjudicataria, la UTE Acciona-Ramírez, confirmaron que "se cumple el calendario previsto y que las obras estarían rematadas en el primero trimestre de 2019", según informa la Xunta.

La reforma fue adjudicada por algo más de cuatro millones de euros. Junto al estudio previo, la redacción del proyecto, la auditoría energética y las direcciones facultativas, la inversión global asciende a casi 4,3 millones de euros.

El objetivo es contar en el centro de Pontevedra "con un espacio moderno, cómodo, accesible y versátil", añade Vicepresidencia. Los casi 6.000 metros del edificio albergarán en el bajo y en sus dos primeras plantas las oficinas de empleo, que hasta ahora están alquiladas en otros locales, "concentrando así este servicio y permitiendo un importante ahorro a la administración autonómica". En las plantas tercera y cuarta, la Xunta pondrá a disposición de entidades y asociaciones de la ciudad un espacio para ubicar sus oficinas y locales. Las cuatro plantas restantes están reservadas para la Universidade de Vigo.

Cambio de fachada

Entre las principales novedades, la remodelación integral del inmueble incluirá el cambio de la fachada por un revestimiento de aluminio. También se cambia la carpintería metálica por otra con doble acristalamiento. Otra de las grandes novedades de la reforma tiene que ver con las tres entradas desde la calle, que se mantendrán y que ahora pasarán a ser totalmente accesibles.

La remodelación incluirá distintas actuaciones en el campo de la eficiencia energética, con el objetivo de reducir en un 70% el coste de mantenimiento en calefacción e iluminación del inmueble. Se aplicarán métodos y tecnologías energéticas como calderas de biomasa para la calefacción, bombas de calor de tecnología VRV para calefacción y refrigeración, instalación solar fotovoltaica para generación de electricidad, así como elevados niveles de aislamiento térmico y sistemas de iluminación eficientes.

El proyecto se adjudicó en diciembre pasado, cuando el edificio, cuyas últimas obras de mejora antes de su cierre se ejecutaron en 1982, ya tenía un destino claro después de una década de abandono. Dispone de una superficie útil de 5.419 metros cuadrados y son muchas las asociaciones de la ciudad que aguardan por los espacios prometidos en el inmueble. En las plantas tercera y cuarta, entidades y asociación de interés social y sanitario dispondrán de 40 oficinas y locales.