Roteiros, talleres de leghón, baile tradicional, además de distintas actuaciones musicales fueron las propuestas de la Aña Urbana, que se celebró ayer por las plazas y calles del casco histórico. Es una fiesta con la que se pretende recuperar y difundir toda una serie de usos y tradiciones vinculados a los trabajos del campo que los labradores gallegos realizaban en los meses de abril y mayo, coincidiendo con las labranzas. Un año más, la Asociación Cultural Trépia organizó esta cita.

Los grupos participantes trasladaron a las calles y plazas un ítem cultural denominado "botar a aña". Los portavoces de Trépia recuerdan que esta tradición pervive "en una amplia zona que abarca las comarcas de Mondariz, Condado y Paradanta" y consiste en una serie de ritos que se fueron desarrollando alrededor del trabajo colectivo del campo que se realizaba en las aldeas durante esta época del año.

Las actividades de la Aña Urbana arrancaron a mediodía con los roteiros de los grupos participantes, a la que seguirá hora y media más tarde una visita guiada a la exposición del Centro Etnográfico da Terra de Montes, que podrá visitarse en la carpa situada en la plaza de España.

La Aña Urbana presentó "Mulleres de Gargamala", su último trabajo de compilación, investigación y divulgación alrededor de nuestras músicas de tradición oral.

Artesanía

Durante todo el día hubo oportunidad para observar de cerca el trabajo artesanal y aprender un más do nuestro patrimonio inmaterial. También hubo talleres abiertos de iniciación al baile tradicional y a los toques de leghón en la carpa.

Además, hubo actuaciones musicales y de baile tradicional en la propia carpa y por las calles y plazas del centro histórico. A lo largo del día as asociaciones y grupos mostraron en la calle sus trabajos de recuperación de los cantares, bailes y otros ritos relacionados con el ciclo de las labranzas.

También hubo un roteiro con un itinerario por el casco histórico, por Peregrina, Ferrería, Curros Enríquez, Plaza de Abastos, Leña y Concello.