La Festa da Troita por las parroquias de Ponte Caldelas, que cumple su tercero año, continúa su ritmo de crecimiento, alcanzando ya la plena consolidación. El evento, que lleva la celebración gastronómica por todos los lugares del municipio está hoy plenamente aceptado y se considera cómo una fechas singulares del año.

El gobierno local tripartito puso en marcha el "mayo troiteiro" a principios del mandato para romper con la idea de que la Festa da Troita era una celebración del casco urbano. Después de un buen arranque y un espectacular crecimiento en el segundo año la plena consolidación está llegando este año. A lo largo de todo el mes de mayo se visitan uno por uno todos los núcleos que cuentan con Casa do Pobo y hasta allí viajan siempre concejales del gobierno local encabezados por el alcalde, Andrés Díaz, que comparten mesa y mantel con el vecindario.

Superado el ecuador de esta edición, se vendieron ya unas 1.000 raciones de trucha, lo que supone más de 500 kg. La previsión a lo largo del mes es pasar largamente de las 1.500 raciones y de los 750 kg, lo que da una idea de la magnitud del evento, porque, a día de hoy, ya se consume más trucha en las paradas por las parroquias que durante el fin de semana de la fiesta gastronómica, en el último fin de semana de este mes.

"La trucha compite todos los años con las eliminatorias de la Champions League y con todo tipo de eventos televisivos sin dar signos de debilidad", afirma el alcalde, quien destaca que hay muchos vecinos que asisten a la degustación en su pueblo y también a otros con los que tienen relación familiar o de amistad. "Esto es un verdadero intercambio y una exaltación de la verdadera fiesta, que es ser de Ponte Caldelas", añade.

Las noches de trucha juntan invariablemente a numerosas personas. Una vez degustado el pescado, que se sirve en una ración al precio de 3 euros incluidos pan y vino, el vecindario aportación dulces caseros y licor café y la fiesta continúa hasta bien pasada la media noche.