El doctor Luis Anibarro es el responsable de la Unidad de Tuberculosis, UTB, del Complexo Hospitalario de Pontevedra, CHOP. El facultativo formó parte del comité organizador de la XXIV Reunión Galega de Tuberculose e Infeccións Respiratoria junto a Enrique Temes, jefe del servicio de Neumología, y Luis Mariano Herrero. Anibarro destaca que en los últimos años, desde que se instauró el programa gallego de tuberculosis, la incidencia de la enfermedad ha caído, pero recuerda que no hay que bajar la guardia.

-Ha presentado la intervención de Norbert Hittel, científico alemán...

-Sí, él es uno de los promotores de uno de los fármacos que salieron hace unos años para el tratamiento de casos muy particulares de tuberculosis: la tuberculosis multirresistente. Se trata de una forma de la enfermedad que incluso con un tratamiento correcto puede suponer una alta mortalidad. La indicaciones de estos fármacos son muy limitadas.

-En la Unidad de Tuberculosis de Pontevedra están de celebración por la disminución de casos.

-Desde que se instauró el programa gallego de tuberculosis se ha detectado una reducción importante en la incidencia. En 1996, cuando se inició el programa, había 51 casos por 100.000 habitantes. Este año, estamos en 21 casos por 100.000. Es un descenso significativo. Probablemente, en los últimos años este descenso se ha estancado. Ello nos hace pensar un poco en las causas.

-¿El Complexo Hospitalario de Pontevedra trabaja ahora mismo en algún programa de investigación?

-Sí. Estamos enmarcados en varios proyectos, además de en nuestras propias investigaciones. Lo más llamativo es que formamos parte de un consorcio europeo de un estudio sobre vacunación de tuberculosis. Está dotado con un presupuesto de ocho millones de euros. Llevamos dos años con él. Está dirigido por un catedrático de Neumología de la Universidad de Londres. Todavía faltan años para que se pueda informar sobre las conclusiones que salgan de este trabajo.

-¿Se puede hablar de un perfil del enfermo de tuberculosis?

-Sí. Hay dos tipos de perfil diferenciados. Uno son los pacientes que han tenido una infección reciente por tuberculosis. Es un paciente joven, en edad laboral con una tuberculosis fundamentalmente pulmonar. El otro perfil es un paciente de mayor edad en el que la infección tuberculosa desde hace años o, probablemente décadas, se reactiva por una cuestión de edad o de inmunosupresión.