"¿Lo peor de la emigración? Separarse de la familia y de los amigos; ¿Lo mejor? Que aprendes mucho, conoces a personas de otros países y te enriqueces, no necesariamente de forma material, pero sí en sabiduría, en recursos personales y en valores humanos". Son algunas de las conclusiones que extrajeron los chavales de Segundo de la ESO del instituto Xunqueira I de Pontevedra, que ayer recibieron en su aula a tres mujeres ya jubiladas, cuyas vidas se ha visto marcada por la emigración.

Las veteranas emigrantes contaron a los alumnos sus experiencias en otros países y los chavales narraron también las historias de emigración que conocen en sus familias. Tras los relatos, se reunieron en pequeños grupos de trabajo con cada una de sus invitadas para extraer conclusiones de lo aprendido.

"¿Cuáles fueron tus motivos para emigrar?", preguntaron los jóvenes a Dorinda Rivas Álvarez, Elisa Senra Vilar, María del Carmen González Lantaño y Margarita Gómez Caballero. "Que en Galicia no había nada y había que ir a buscar trabajo fuera", les explicaron. También recordaron que en muchos casos fueron razones políticas las que empujaron a muchos vecinos a emigrar, una vez que el dictador Franco ganó la guerra e impuso un régimen totalitario en España.

"¿Las principales dificultades que pasaste?": Separarse de la familia, coincidieron. Pero como compensación, estas mujeres lograron aprender idiomas, conocer otras culturas y gente de diversos países y ganar dinero para alcanzar una vida más acomodada que la que dejaron atrás. Como Dorinda Rivas, que emigró a Suiza y allí aprendió italiano y francés, o Elisa Senra que se fue a Alemania con su marido en 1966, para trabajar en una fábrica metalúrgica ubicada en Hanau, o Mari Carmen González, que vivió en Inglaterra, Francia y EE UU y ahora, ya superados los 70, piensa en volver a irse.

La "sabiduría" que se logra en una experiencia tan ingrata como verte obligado a dejar atrás tu hogar y tu familia, o experiencias tan enriquecedoras como conocer tradiciones muy diferentes a los locales, o saber adaptarse a cualquier circunstancia para salir adelante, fueron algunas de las "lecciones" que estas mujeres explicaron a los chavales, dentro de la tercera edición del programa "Fálame da emigración" que desarrolla Afundación.

También los estudiantes narraron las historias que han escuchado en casa. Andrea Alvite, Ainoa Garzón, Noé Romero o Ainara Iglesias fueron algunas de las alumnas y alumnos que se animaron a relatar las historias de emigración de sus familias.

Para que la experiencia no se quede en el aula y con el objetivo de que el programa amplíe su alcance y tenga un carácter colaborativo, Afundación ha creado la página web falamedaemigracion.afundacion.org, que recoge el material didáctico del proyecto, el material documental que surge de cada encuentro (fotografías, vídeos, testimonios, etc.), y el que aportan los alumnos y alumnas de los centros escolares participantes sobre las historias de la emigración de sus familiares.