El pasado domingo, una patrulla de la Policía Local de Poio abrió una investigación contra un padre y su hijo debido a que el menor realizaba prácticas de conducir en la explanada de A Seca. El espacio es un lugar habitual para que los aspirantes a conductores cojan algo más de soltura al volante, aunque desde el cuerpo de seguridad defienden la actuación de los agentes: "No podemos hacer la vista gorda".

La Policía Local destacó ayer que la apertura de la investigación se produjo porque una patrulla que circulaba por la zona vio un turismo que realizaba movimientos "extraños". Cuando se acercaron al coche, comprobaron que el ocupante del asiento de piloto era una persona que carecía de licencia para ello y que tenía previsto presentarse ayer al examen de conducción.

"Sabemos que es algo que se ha hecho toda la vida. Pero ahora las normas han cambiado y lo que antes era una infracción administrativa, ahora es considerado un delito penal", explicaron a FARO desde la Policía.

"Si posteriormente llega a suceder un accidente, el agente sería acusado por encubrimiento", señalaron fuentes del servicio de seguridad municipal.

Ante estas diligencias, el hijo y el padre resultan supuestamente criminalmente responsables, en concepto de autor material el primero y de cooperador necesario el segundo por conducir sin permiso.