Los nuevos composteros comunitarios de Ponte Boleira y Camiño de Ferro entraron ayer en servicio y con ellos se reactivó la protesta de los residentes que rechazan el montaje de este sistema ante sus viviendas. Un grupo de vecinos de la zona y del barrio de Monte Porreiro se concentró ante los recipientes de Eduardo Pondal bajo el lema "Composteros, aquí no", en una convocatoria que se realizó por las redes sociales, el boca a boca y carteles en los portales, pero que después apareció anulada (con avisos a bolígrafo de que estaba desconvocada), lo que le restó afluencia.

Además, acudieron varios agentes de la Policía Local, que se limitaron a regular el tráfico y observar la concentración, pero su presencia levantó las suspicacias de algunos presentes, que subrayaron que por su movilización de hace una semana, cuando trataron de paralizar las obras, recibieron sanciones.

La concentración, a la que se sumó el concejal del PP José Luis Martín, se realizó ante uno de los nuevos composteros (que finalmente no se abrió ayer) y los asistentes portaban carteles en contra de la ubicación elegida para estos recipientes, carteles que también colgaban en las ventanas de algunos edificios próximos.

Mientras tanto, los maestros composteros acudieron a Ponte Boleira, donde también hubo quejas de los residentes más próximos, para exponer a los interesados en funcionamiento del sistema, que el gobierno local está dispuesto a mantener pese a estos focos de protesta, al entender que "la demanda va a más en la ciudad". Por ello, se trabaja en la contratación de cuatro personas para atender los centros de compostaje, ya que el personal del Plan Revitaliza de la Diputación Provincial asignado a Pontevedra comienza a no dar abasto.

Los vecinos que se oponen a los emplazamientos elegidos ya entregaron en su día alrededor de 350 firmas de rechazo, a las que se sumaron más en posteriores recogidas, que contraponen a las 44 con las que se pidió la implantación del sistema en Eduardo Pondal. Argumentan que la elaboración de compost a esta escala acarrea unos supuestos efectos negativos como malos olores, insectos o roedores, que hasta ahora no se han manifestado por que aún no aprieta el calor, Al respecto, el alcalde señalaba el pasado martes sus "dudas" pero añadía que "si fuera así, en un futuro actuaríamos en consecuencia y se tomarían medidas, pero por el momento se va a implantar", insiste.

El asunto volverá a ser objeto de debate en el pleno del próximo viernes. El portavoz municipal del PP, Jacobo Moreira, anunció que pedirá explicaciones a Lores por este asunto, lamenta que "el BNG no sea capaz de dialogar con los vecinos y trate de amedrentarlos enviando a la Policía Local para paralizar sus protestas y tomarles nota de su DNI".