El Club Naval de Pontevedra celebró ayer una asamblea de socios en la que se analizó la situación de la entidad durante el pasado año, y el presupuesto para este ejercicio, y también se repasaron las gestiones realizadas para lograr una ampliación de la concesión de la que disfruta en las instalaciones de la desembocadura del río Lérez. Aunque oficialmente la concesión por parte de la Xunta caduca en 2018, el convenio firmado en su día con Portos de Galicia ya recogía una prórroga de cinco años más, hasta 2023. Ahora se apuesta por extender la concesión por 35 años más, que es el periodo que recoge la normativa en vigor. Hace un año se advertía, eso sí, de la falta de disponibilidad de un mínimo de 25 plazas de aparcamiento en las instalaciones, requisito que se recoge en el nuevo reglamento de Portos de Galicia, aunque se confía en que no se aplique para entidades con concesión anterior. La asamblea también analizó la regulación de tarifas.

El Club Naval aguarda también desde hace años otro proyecto de Portos de Galicia: el dragado del Lérez para eliminar el lodo que afecta a los pantalanes del puerto deportivo. El plan está paralizado por diversas alegaciones.