Maquetas, muebles y fotografías de obras famosas de su carrera y con ellas numerosos materiales inéditos como caricaturas, pinturas o imágenes familiares proponen desde ayer un acercamiento a la vida y la obra del arquitecto pontevedrés Alejandro de la Sota. Se trata de la exposición "Alejandro de la Sota. Pontevedra, 1913-Madrid, 1996. Construirse/Construir", dedicada al autor homenajeado este año en el Día das Artes Galegas.

La muestra ocupa las salas temporales del Sexto Edificio y propone una visión completa de su trayectoria, con especial incidencia en su etapa menos conocida, la de su infancia y primera juventud ligada a Pontevedra. El periodista Rafael López Torre, comisario de la exposición con la directora de la Fundación Alejandro de la Sota, Teresa Couceiro, explica que "Construirse/Construir" se estructura en dos partes, la primera de las cuales profundiza en cómo el profesional se construye a sí mismo a través de sus orígenes familiares, sus amistades, mentores etc.

Es el aspecto menos estudiado de su trayectoria y al que se acerca intensamente la exposición mediante imágenes y materiales procedentes de la colección familiar y otros fondos privados, el Museo y el Archivo Provincial.

Partituras y primeras caricaturas proponen un acercamiento al niño que nace en el seno de una familia culta y con recursos (su padre fue presidente de la Diputación durante la edad de oro de la institución) en una Pontevedra que en esos años convoca a los más importantes representantes de la cultura y la política gallega.

Entre ellas, Castelao, que ejerció de tutor artístico del joven Alejandro. "Fue su instructor en la forma de entender las caricaturas", indican los responsables de la exposición, obras que el futuro arquitecto expondría por primera vez con solo 18 años en la sala de la entonces Junta de Turismo, en la calle Michelena.

Alejandro fue un gran amigo del hijo de Castelao, Alfonsiño Rodríguez, fallecido en la adolescencia, y del sobrino del artista y político, Ventura de Dios, Turiñas, que lo acompañaría en esa primera exposición. Posteriormente ambos jóvenes fundarían la revista Cristal y en 1932 serían anfitriones de García Lorca en el Café Moderno.

Con la pintura, la otra gran afición de De la Sota sería la música e "Iglesias Vilarelle y José Jané educaron su gusto musical con mucho tino", indican las mismas fuentes.

La exposición se detiene en estos aspectos, como también en su paso por la Guerra Civil, su ocio en Sanxenxo o su primer proyecto, una casa en Lourizán hoy derribada.

La segunda mitad de la exposición, por su parte, se nutre con fondos de la Fundación Alejandro de la Sota y repasa fundamentalmente 8 obras emblemáticas mediante fotografías y maquetas. "Principal hincapié se hace en el Gobierno Civil de Tarragona, la central lechera Clesa y el gimnasio del Colegio Maravillas de Madrid, tres proyectos clave que reflejan un cambio en su carrera, cuando se sacudió del clasicismo imperante y se adscribió a los postulados de la modernidad que comenzaba a penetrar tímidamente en España, y que representaron Mies van der Rohe y otros arquitectos europeos que emigraron a Estados Unidos", indican los organizadores.

Obras en Pontevedra que también son ejemplos de su apuesta transformadora (la Casa Domínguez en A Caeira y el Pabellón de Deportes) también cuentan con una apartado especial en este extenso recorrido que también incluye muebles diseñados por el arquitecto.

Su hijo y miembro de la Fundación Alejandro de la Sota, Juan de la Sota, ejercerá de guía de la exposición los próximos días 12 y 16 y el 11 y 24 de mayo, cuatro oportunidades para reunir nuevos puntos de vista sobre el maestro de la arquitectura.