La civilizada Europa es cada vez más racista. "Sin lugar a dudas, lo es cada vez más", asistente la arabista y profesora de la Universidad Complutense Laura Mijares, que ayer analizó en la Semana Galega de Filosofía (SGF) la islamofobia y cómo opera este modo de exclusión en las sociedades contemporáneas y que advierte de que "aunque teóricamente se dirige solo a las poblaciones musulmanas acaba normalizando mecanismos de control que finalmente nos afectan a todos, a toda la ciudadanía".

Mijares, que sustituyó a su compañera de investigaciones Ángeles Ramírez, que no pudo acudir a la SGF por motivos de salud, explica a FARO que "el aumento del racismo se demuestra en el incremento de partidos políticos de extrema derecha y de cómo se instrumentaliza todo el debate del antimusulmanismo y las políticas antiinmigración".

Estas políticas punitivas que hipotéticamente se destinarían a controlar escenarios de posible terrorismo son utilizadas finalmente para el recorte de las libertades democráticas. "En realidad lo que nos acaban es restando libertad y a todos, pensamos que se dirigen a un tipo de poblaciones pero en realidad se extienden a todos los ciudadanos, porque terminamos por normalizar prácticas que son absolutamente antidemocrática y contra los derechos de toda la ciudadanía".

Como ejemplo, se refirió en su conferencia a un plan contra la radicalización y el extremismo "que se ha instaurado en Cataluña y que responsabiliza al profesorado de que pueda detectar posibles actos delictivos o potenciales terroristas entre el alumnado. Es terrible porque se instaura un clima de sospecha; las políticas ya no buscan actuar contra actos terroristas sino en un estadio anterior, previo, criminalizando la sospecha de que alguien pueda cometer un acto delictivo antes de cometerlo, es algo sin precedentes o, bueno, seguramente los habrá pero es algo muy determinado de nuestros contextos actuales, la imposición de unas formas de vida y de una forma de entender lo que es normativo y lo que es en la que hay determinadas formas de vida que no son aceptadas de ninguna manera".

A propósito de qué escenario augura para los próximos años, la arabista apunta a un recrudecimiento de este tipo de políticas "frente a las que la ciudadanía deberíamos plantarnos y actuar, sobre todo no normalizarlas y ser muy conscientes de cómo y en qué sentido están operando, y eso es lo que creo que en el futuro nos va a esperar, a no ser que cambie mucho la situación, que lo dudo, la mayor parte de los partidos de extrema derecha de Europa, a lo mejor no gobernando directamente pero si en coalición con otros partidos, están influyendo muchísimo en el tipo de políticas que se implementan y sobre todo en la normalización de los discursos racistas y limitadores de la libertad".

¿Por qué especialmente la islamofobia? La ponente explica que "hay una cuestión global, geoestratégica, que tiene que ver con esta guerra contra el terror emprendida por Estados Unidos a partir del 11-S que determina el estado de opinión sobre estas cuestiones que termina a su vez por influir en estas políticas que se instauran. Ha habido un cambio radical a partir de 2001 y es un tipo de política que tiene réditos, que es electoralista, de ahí la fijación en el Islam, en encontrar un enemigo común que justifique".

Se refirió al término "pánico moral" acuñado por el sociólogo Stanley Cohen antes de señalar que el Islam "representa todo lo que las sociedades democráticas, o supuestamente democráticas, occidentales no están dispuestas a aceptar, encarna todo lo que se supone que es malo para esas sociedades, formas de vida sin libertades, o que se entienden así, es un enemigo que se ha ido formando a lo largo de este tipo y que hoy en día tiene sentido, no porque realmente sea real sino porque se ha construido toda esta narración de un modo muy bien orquestado y con mucho sentido, incluso contando con el beneplácito de partidos de izquierdas que en un momento determinado pueden estar de acuerdo con esta narración y con la idea de que hay que prevenir este tipo de vida o una hipotética invasión no física, sino moral".

En su conferencia también profundizó en que en toda práctica islamofóbica "la cuestión de género es fundamental... El racismo antimusulmán se sostiene a través de discursos que representan a las mujeres musulmanas como víctimas de su cultura, considerándolas en continua necesidad de ser liberadas".

La SGF (que también contó ayer con el científico y etnomusicólogo Pablo Carpintero y el maestro y antropólogo mozambiqueño Aurelio Fabiâo para analizar la relación entre la música, evolución y paisaje y la importancia de preservar la literatura oral) se despide hoy . Lo hará con las conferencias de María Eugenia Rodríguez Palop, que protagonizará la sesión de mañana con la charla "¿Somos y seremos los mismos tras beber y vivir de lo común?", Damián Copena, del Grupo de Investigación en Economía Ecolóxica e Agroecoloxía de la Universidade de Vigo, que abordará durante la tarde el tema "Acción colectiva, común e economía ecológica: iniciativas desde o mundo rural gallego" y, finalmente el alcalde de Marinaleda Juan Manuel Sánchez Gordillo pronunciará la lección de clausura.