Pontevedra amaneció ayer con una triste noticia, la del fallecimiento de la niña Nahir, de cinco años, una cara conocida en la ciudad debido a las campañas solidarias de recogida de tapones impulsadas por su familia y la Fundación Amigos de Galicia para mejorar su movilidad.

La primera vez que se conoció el nombre de Nahir públicamente fue en octubre de 2016, cuando se ponía en marcha la primera de las campañas en búsqueda de 17 millones de tapones. Su madre, Alejandra González, explicaba entonces que la pequeña tenía tetraparesia discinética. A nivel cognitivo, la niña entendía todo, ya que su problema estaba en la movilidad y el habla. "Va a un parque y quiere ponerse de pie como todos los niños, pero no puede", aseguraba.

Su vida dio un giro nada más nacer, ya que se sufrió hipoxia cerebral neonatal al quedarse sin oxígeno.

Fueron la Fundación Amigos de Galicia y la propia campaña "Un tapón, una sonrisa" los que informaron ayer por la mañana a través de las redes sociales de la muerte de la niña.

"Hoy tenemos que daros una triste noticia... la noticia más triste de todas. Nahir, la niña de la sonrisa más bonita, se nos fue esta noche. Su corazoncito se apagó, pero como nos dice su mamá, se fue con la enorme sonrisa que la caracterizaba", aseguraban desde la fundación a primera hora de la mañana.

En la misma línea, "Un tapón, una sonrisa" escribía en su muro de Facebook: "Hoy el corazoncito de Nahir se apagó, se fue sin avisarnos, pero con una enorme sonrisa... Ha sido un duro golpe, inesperado y repentino. Gracias a todos por vuestro aliento, ayuda desinteresada y colaboración".

La pequeña falleció en la noche del martes al miércoles a causa de un paro cardíaco y la noticia llegaba apenas tres semanas después de haberse iniciado la tercera campaña de recogida de tapones para sus sesiones de logopedia, neurorehabilitación y lokomat para mejorar su calidad de vida. Se trataba de una campaña compartida con un niño vigués, Álex. Para ambos eran necesarios más de 23 millones de tapones.

En el caso de Nahir, el tratamiento completaba el que la niña recibía a través del Sergas en la sanidad privada. Sin embargo, su elevado coste impedía que una familia modesta como la suya pudiese afrontar un gasto elevado de 800 euros al mes.

Los informes médicos aseguraron que para poder mejorar su movilidad necesitaría un tratamiento con neurorehabilitación fisica y robotizada, cuyas sesiones son a 30 y 65 euros, respectivamente. A ello habría que sumar las sesiones en un centro de estimulación y aprendizaje para mejorar su comunicación. Todo ello llevó a la familia a recurrir a la Fundación Amigos de Galicia.

Tanto esfuerzo no fue en vano y la pequeña ya era capaz de asir objetos y dar pasos más firmes. Lo que ha fallado en esta ocasión ha sido su corazón.