"A integración da alteridade á galega: inmigrantes en territorio migratorio" es el título de la conferencia que ofreció ayer en la Semana Galega de Filosofía (SGF) la socióloga Belén Fernández Suárez, analizar cómo nuestra Comunidad está recibiendo estos flujos de población y promoviendo (o justamente lo contrario) a su incorporación real a la sociedad.

- ¿Cómo es actualmente el mapa de la inmigración en Galicia?

-Digamos que hemos perdido 25.000 inmigrantes, ahora mismo estamos por debajo de los 90.000, pero también ha habido muchas nacionalizaciones, inmigrantes que han pasado de ser extranjeros a ser españoles, así que estamos en torno a las 110.000 personas nacidas en el extranjero y que viven aquí en Galicia.

- ¿Hay diferencias en función de los países de procedencia?

-Las hay, tenemos un 17% de población procedente de Portugal, que se asienta en la zona sur de Galicia, en los municipios limítrofes, es un porcentaje importante. Es el grupo más numeroso, y luego tenemos una mayoría de inmigración económica, antes de la crisis o al menos hasta 2010 teníamos una más vinculada a lo mejor con los países más vinculados a la vieja inmigración gallega (argentinos, uruguayos etc) y ahora son mayoría los nacionales de Marruecos, Brasil, China o Senegal, tenemos una inmigración más diversa y más vinculada al perfil laboral, inmigrantes económicos.

- Somos uno de los territorios que menos inmigración atrae

-Si, los inmigrantes representan el 3% de la población y efectivamente somos uno de los territorios que menos atrae población extranjera.

- ¿Cómo ha evolucionado este fenómeno a partir de la crisis?

-Lo que podemos percibir por los datos que tenemos es que es uno de los colectivos más castigados por la crisis económica, que más ha sufrido el desempleo, estamos hablando de un 25% de tasa de desempleo en la actualidad y que afecta más a unos colectivos que a otros, por ejemplo inmigrantes marroquíes o senegaleses sufren más el desempleo que otros colectivos. Y también está una feminización de los nichos laborales, servicio doméstico, hostelería etc. Ellos tienen una tasa de pobreza del 50%, hay una cierta exclusión social, han pagado mucho la crisis: la mitad de los inmigrantes que ha venido a Galicia vive en la pobreza, el doble que los gallegos, donde la tasa de pobreza está en el 25%.

- ¿Sigue reduciéndose la población inmigrante en Galicia?

-Si no se han ido en el momento de mayor intensidad de la recesión económica es muy probable que se queden aquí a pesar del momento y de las consecuencias negativas que todavía están padeciendo.

- ¿Les ofrecemos oportunidades o en realidad son muy escasas?

-Muy escasas, mucho, tenemos que tener en cuenta que muchas mujeres inmigrantes han facilitado la integración laboral de muchas mujeres gallegas, realizando tareas de cuidados a unos costes mucho más reducidos que los del propio mercado. Nos encontramos con un escenario político en el que han bajado los fondos específicos dedicados a inmigración, como han bajado todos los destinados a políticas sociales, y eso se deja notar mucho. Y por otro lado falta un reconocimiento social, no valoramos, no somos capaces de valorar lo que han aportado nuestra economía, el beneficio para tantas y tantas familias que han podido cuidar gracias a ellos a sus personas mayores, que han podido trabajar, conciliar, todo ello gracias al apoyo laboral de la población extranjera.

- ¿Cómo perciben los gallegos la inmigración?

-A pesar de ser Galicia un territorio de superdiversidad migratoria, que mantiene flujos de emigración histórica y nuevos flujos de emigración e inmigrantes, nos encontramos con que no es todo lo acogedora que debería, teniendo en cuenta esa baja densidad y ese pasado migratorio, la realidad es que entre un 50 o un 60% de la población en Galicia considera que hay mucha inmigración cuando somos uno de los territorios que menos recibe y que en cierta medida.

- ¿Es un mito que el hecho de ser un pueblo emigrante no vacuna contra discursos xenófobos?

-Es un mito, el hecho de ser emigrantes no nos vacuna contra esos discursos, más de la mitad de los gallegos cree que es demasiada o muy alta la tasa de inmigrantes y de ahí los discursos que vinculan inmigración con trabajo nada más, por lo tanto si no hay trabajo deben irse, o que reciben muchas más ayudas que los gallegos, cuando todos los estudios nos indican que no es cierto, solo están representados en puntuales ayudas sociales y aún así en un porcentaje muy reducido en relación a las tasas importantes de exclusión. Hay que trabajar también, y ese tipo de políticas se han abandonado, la tolerancia y el encuentro, ellos también lo demandan, la interculturalidad, esos puntos de encuentro entre la comunidad gallega y la inmigrante.