La nueva línea de investigación abierta por la Policía Nacional tras la reactivación del caso Sonia Iglesias a mediados de 2017 ha llevado a los agentes de la Comisaría de Pontevedra y los especialistas de las unidades llegadas desde Madrid hasta la casa familiar de los Araújo en San Mauro y desde allí, a raíz de diversos indicios, al cementerio municipal ubicado a apenas unos 50 metros de la vivienda. Concretamente, los policías se han fijado en el gran panteón que la familia de Julio Araújo, pareja de Sonia en el momento de la su desaparición, tiene en este camposanto.

Aunque todavía no se ha realizado inspección alguna en este cementerio ni en el panteón, ni tampoco hay constancia de que se haya solicitado ningún tipo de intervención al juzgado por parte de la Policía, lo cierto es que los investigadores sí tienen interés en averiguar distintos aspectos relacionados con el panteón de la familia Araújo y así quedó evidenciado en las preguntas que Julio declinó responder cuando compareció en Comisaría el pasado miércoles. Los agentes de la Policía Nacional, a pesar de que la pareja de Sonia Iglesias se acogió a su derecho a no declarar, sí quisieron dejar constancia de las cinco preguntas que pretendían hacerle y que no obtuvieron respuesta. Entre ellas había una que se refería a si había realizado algún tipo de obra o actuación sobre el panteón familiar que está ubicado en el cementerio de San Mauro, según confirmaron ayer fuentes conocedoras de la investigación, y si su hermano le ayudó n alguna cuestión relativa a este panteón.

Al parecer, otra de las preguntas tendría relación con si estuvo en aquella jornada de la desaparición en las inmediaciones de la citada vivienda o del propio cementerio.

Estas dos preguntas tendrían como objetivo profundizar en una de las hipótesis que barajan los agentes y que sería que en un primer momento se pudiera haber escondido el cadáver de Sonia en algún punto de la finca o la vivienda de San Mauro para más tarde haber sido trasladado al cercano cementerio, pero esta sería una más de las posibilidades que se están explorando.

En este sentido, el análisis en laboratorio de los restos obtenidos en el minucioso registro realizado en la finca y vivienda de San Mauro durante los últimos dos días será clave y esto todavía llevará su tiempo.

Próximos pasos

Un paso lógico para solventar esta hipótesis podría ser la intervención o registro en un lugar tan sensible como es un panteón fúnebre familiar, por lo que solo el hallazgo de indicios de cierto peso a lo largo de los últimos días podrían justificar que la Policía solicitase una medida de tal calado y que la jueza pudiera autorizarla. Es por ello que probablemente habrá que esperar a que concluya el proceso de análisis y estudio de las pruebas y restos obtenidos en la vivienda de San Mauro, unidos a los otros indicios ya existentes en la causa y a los recabados en los últimos meses tras la reapertura del caso, para confirmar qué nuevos pasos dará la Policía Nacional, la Fiscalía, y el juzgado de instrucción. Entre ellos si se realiza algún tipo de diligencia respecto a este panteón. Se trata de un conjunto mortuorio bastante grande con unos 32 nichos de los que en torno a la mitad parecen no estar ocupados.

De la importancia que tendrá ahora la labor de los investigadores en el laboratorio da cuenta, por ejemplo, el hecho de que entre los numerosos efectos que los investigadores se llevaron de la finca de San Mauro tras la minuciosa inspección realizada haya restos orgánicos, según avanzó ayer la Cadena Ser. Y es que, por el momento, se desconoce qué valor pueden tener estos indicios para la investigación dado que es probable que pudiera tratarse de algún animal, por lo que están a la espera de lo que puedan aportar los informes del laboratorio.

El abogado de Julio Araújo, Jesús Santaló, también quitó importancia a este hallazgo dado que no sería poco habitual encontrar en la finca este tipo de restos.

Por lo tanto, todo parece indicar que el trabajo de campo desarrollado entre el martes y el miércoles dará paso ahora a una etapa de análisis de las evidencias encontradas dado que, por el momento, no hay autorizados nuevos registros por parte del juzgado ni tampoco se ha ordenado ninguna diligencia de investigación nueva en relación con este caso, tal y como confirmaron ayer fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

Desde el TSXG también explicaron que, las actuaciones policiales ordenadas por el juzgado fueron las que se desarrollaron en la vivienda de San Mauro y en un vehículo en taller de Vilalonga y que se terminaron el pasado miércoles.

Investigados por la Policía

Asimismo, el juzgado también confirma a través del Tribunal Superior que, en estos momentos, "no hay nadie investigado judicialmente", es decir, lo que era la antigua figura del imputado, por lo que tanto Julio Araújo como su hermano David fueron llamados a declarar a Comisaría como investigados pero a nivel policial, algo que en sí no tiene ningún valor jurídico. En cualquier caso, según explicó el abogado Jesús Santaló, por la lectura del acta de información de derechos a su cliente, Julio Araújo, se le "imputa un delito de homicidio" por parte de la Policía.

Hasta este momento y en base a una estrategia que tiene como objetivo alargar al máximo los plazos de una posible prescripción del delito, el asunto se había seguido ante el juzgado de instrucción número 3 de Pontevedra como un presunto delito de detención ilegal. En uno de los autos de entrada y registro cursados por la magistrada se establece que el delito a investigar está "sin especificar".

Su hermano David Araújo también acudió citado por la Policía Nacional como investigado y también se acogió a su derecho a no declarar una vez en la Comisaría. En esta ocasión no trascendió cuál es el delito específico que le atribuiría la Policía.

En los últimos meses, tras la reapertura del caso en el juzgado bajo secreto, los agentes (algunos de la Comisaría de Pontevedra dedicados casi en exclusiva a la investigación de este asunto) han vuelto a analizar antiguas pruebas que ya obraban en el sumario antes de su archivo provisional. Se trata, por ejemplo de los vídeos de las cámaras de tráfico que la Policía Local de Pontevedra tiene instaladas por toda la ciudad.

En los últimos meses los investigadores han vuelto a solicitar al cuerpo municipal las imágenes de aquella mañana en la que se perdió el rastro a Sonia e intentaron reconstruir los movimientos de Julio aquel día en el que desapareció Sonia. Aquellas imágenes sitúan el vehículo que se atribuye a Julio Araújo, con una sola persona en su interior, en la rotonda de Juan Carlos I tomando en dirección a San Mauro, un vial que lleva tras una breve ascensión tanto hasta la casa que se registró estos días como al cementerio municipal. En su día, Julio Aráujo declaró que, una vez que tuvo constancia de que su pareja y madre de su hijo no había acudido a trabajar y se desconocía su paradero, se interesó por buscarla en los centros hospitalarios de la ciudad y Montecelo tampoco está muy lejos de la zona de San Mauro. Esto habría que unirlo al interés mostrado por la Policía Nacional en preguntarle si en aquella jornada estuvo en algún momento en la vivienda o el cementerio de San Mauro, pregunta que quedó sin contestar en su última comparecencia en la Comisaría.

Posible declaración judicial

El abogado de Julio Araújo, Jesús Santaló, explicó que su cliente solo declarará "por mi consejo", cuando tenga acceso a las diligencias que han sido declaradas secretas. En cualquier caso, insistió en que si han aparecido nuevos indicios en el caso que han derivado en la reapertura del caso destacó que estos no deben ser lo suficientemente "sólidos" actualmente, dado que resaltó que su cliente "salió de la Comisaría de Policía como entró, sin ningún tipo de limitación".

Lo que sí cree que es previsible es que Julio Araújo sea llamado a declarar en el juzgado una vez que la Policía Nacional complete su trabajo y el atestado correspondiente a raíz de lo ocurrido en los últimos días. En cualquier caso, insiste en que su cliente mantiene "una tranquilidad y serenidad absoluta".