La vivienda de San Mauro que ha sido registrada durante los dos últimos días por la Policía, en la que residieron hace años Sonia Iglesias y Julio Araújo y que se encuentra en venta desde hace tiempo, fue objeto de un pequeño convenio urbanístico entre sus propietarios, la familia Araújo, y el Concello. La intención de aquel acuerdo por parte del ayuntamiento, era mejora la plaza pública ante la capilla de San Mauro, mientras que los dueños pretendían ajustar las alineaciones al Plan de Urbanismo.

Aunque el inicio de las negociaciones se remonta al menos al año 2013, el convenio no se firmó hasta octubre de 2016, si bien no parece que se haya materializado todavía.

El Concello llegó a emitir un comunicado sobre este asunto en el que decía que este acuerdo "permitirá, en un futuro próximo, la mejora del espacio situado junto a la capilla de San Mauro y la reurbanización de la parcela en la que se encuentra un lavadero próximo", ya hacia la rúa Valdecorvos.

Explicaba que la familia Araújo "tenía interés en urbanizar sus parcelas pero no tenía las alineaciones ajustadas al Plan Xeral de Ordenación Urbanística y la imposibilidad de hacerlo con la compra de una parcela contigua municipal, de 18 metros cuadrados, en la que se ubica el lavadero", se optó por la firma de este convenio.

Con él, los propietarios "se comprometen a darle las alineaciones establecidas a las parcelas a cambio de reurbanizar la parcela municipal y rehabilitar el lavadero" con el fin de mejorar el entorno de la capilla.

Se añadía que "con esta firma, se inicia toda la tramitación para modificar esas alineaciones, así como la presentación del proyecto de urbanización de la zona, con un coste de 105.814,49 euros, que asume íntegramente el particular". No hay constancia de que casi año y medio después, se haya concretado ese acuerdo.