| San Valentín no acostumbra a ser un día festivo. Pero ayer muchos pontevedreses tuvieron una jornada libre de trabajo para poder disfrutar de la jornada del día de los enamorados con su pareja. La coincidencia del festejo de Cupido con el Miércoles de Ceniza, festivo local, hizo que la mayoría de los establecimientos de la ciudad permaneciesen cerrados. Sin embargo, una excepción: las floristerías. Las tiendas de flores aprovecharon que ayer era uno de los días de más recaudación del año y abrieron pese al festivo para poder ofrecer a las parejas productos típicos de la fecha para regalar. Entre ellos, volvió a triunfar la tradicional rosa.