La reforma del puente de A Barca se centrará solo en dotarlo de una nueva marquesina, más duradera y con una estética mejorada, así como en la iluminación, con luces led para la mejora funcional del viaducto. Por el momento, la Xunta no se plantea ampliar las aceras, una demanda expuesta por los dos gobiernos de los concellos afectados; Pontevedra y Poio.

El proyecto fue presentado esta mañana en rueda de prensa en el edificio administrativo de la Xunta. La conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, y el vicepresidente autonómico, Alfonso Rueda, estuvieron acompañados por la teniente de alcalde de Pontevedra, Carme da Silva, y el regidor poiense, Luciano Sobral.

Vázquez destacó que se utilizarán materiales duraderos "integrados en el entorno" en la renovación de la marquesina, como madera tratada resistente al agua cubierta con aluminio. También subrayó que se acometerán trabajos en la propia estructura del puente centrándose en las fisuras y sumideros, para una correcta canalización de las aguas. Por último, se "pondrá en valor el puente con iluminación más eficiente y proyectores led". "Estamos hablando de una mejora funcional y estética para prolongar su vida útil para lo que se van a invertir 1,2 millones de euros", recordó.

El proceso de contratación se inició el pasado viernes y el plazo de presentación de ofertas termina el 7 de marzo. Está previsto que se adjudiquen las obras a principios de verano y que tengan una duración de unos 5 meses, por lo que desde la Consellería de Infraestruturas se calcula que estén terminadas este mismo año.

"Este proyecto tiene sello cien por cien gallego porque fue elaborado y diseñado por una ingeniería gallega después de un análisis minucioso de la estructura", informó Vázquez.

El ingeniero de caminos Antonio González Meijide, autor del proyecto, explicó que se llevará a cabo una única actuación para minimizar trastornos en el uso del propio puente, tanto por los peatones como por los vehículos.

"La idea inicial era reparar solo la estructura de madera, pero tras analizar los deterioros se pudo ver que había una serie de deficiencias y que este tipo de madera no era adecuada para exterior, lo que dio lugar a una serie de patologías que hacían difícil su reparación y poco aconsejable", manifestó. "El planteamiento fue más amplio y se hizo aconsejable una actuación integral", añadió.