Buena parte de la sociedad asocia la repostería con un sector alimenticio muy sabroso, pero en el que destacan las calorías, las grasas y los aditivos. Esto se debe a que buena parte de los productos que se ofrecen al consumidor cumplen con estos estándares con el objetivo de abaratar costes, ahorrar tiempo y endulzar el sabor.

Sin embargo, hay quienes luchan por romper con esta norma no escrita a base de trabajo y formación. Es el caso de Teresa Fernández, una profesional de la cocina que ofrece en la Escuela de Formación Gastronómica DTER de Marín cursos para aficionados y profesionales del sector a través de "masterclasses" con expertos.

Ayer y anteayer, fue el turno del repostero Jordi Tugués, uno de los profesionales del sector más importantes a nivel nacional y experto en repostería. Concretamente en repostería salada. "También hacemos dulce, pero también mucha parte de salado. Creo que la oferta diaria tiene que ser un poco más amplia y por suerte tenemos masas para ello. Si hay esa opción, debemos aprovecharla", reconoce Tugués.

El profesional de la gastronomía se ha especializado en este nicho y es uno de los seis españoles que forma parte de la Relais Dessert. Esta reconocida agrupación internacional está formada por los mejores profesionales de la pastelería mundial con el objetivo de velar por una pastelería de calidad y artesanal.

La familia Tugués fundó su marca en 1967 en Cataluña y desde entonces, se ha dedicado a la repostería. Un mundo que en los últimos años ha dado un vuelco: "Ahora el consumidor tiene más información. Y la televisión ha ayudado mucho en todo esto, ya que se hace más pública la forma de trabajar que tenemos".

En relación a su sector, añade que "la pastería artesana nunca va a ser baja en calorías, ya que es algo que nunca conseguiremos". Es un paso importante, puesto que "a día de hoy, mucha gente hace deporte y las calorías se pueden quemar muy fácil". Porque la diferencia entre sus productos y los industriales está en que tienen "menos grasas y azúcares".

"Además, la calidad del producto es muy alta, porque no tiene aditivos. Ahí está nuestra baza. No tenemos colorantes ni aceites que pueden ser incluso peligrosos", expresa.

Sobre la necesidad de concienciar a la población sobre esto, el repostero entiende que es cierto que existe mucho consumo de productos industriales, pero también hay un sector "muy concienciado que mantiene una vida sana". Y esa es su baza, porque esas personas podrán consumir repostería artesana "sin ningún tipo de preocupación". "Todo lo que hacemos es 100% natural", recalca.

Sobre este tipo de cursos como el que impartió en Marín, Tugués destacó que "siempre es un placer ofrecerlos, porque conoces nuevas formas de trabajar y supone un enriquecimiento mutuo".