El gobierno local de Pontevedra avanza en un proyecto para definir los criterios de trabajo y la política forestal del municipio respecto a la prevención de los fuegos. El plan surge como reacción a los graves incendios forestales del pasado octubre, que cercaron o llegaron a entrar en el casco urbano de ciudades como Vigo, y para evitar que esto llegue a ocurrir en Pontevedra.

Supone además una continuidad del plan Monte Vivo, puesto en marcha tras los graves incendios del año 2006 y que ha logrado buenos resultados en el municipio pontevedrés.

Además, este nuevo proyecto tiene como propósito "contribuir a lograr un monte más productivo y que responda a las necesidades del siglo XXI", explica el concejal de Rural, Demetrio Gómez.

La sala de juntas del Concello acogió ayer una reunión del concejal de Obras, Participación y Rural, Demetrio Gómez, con los representantes de la Universidad, de la Mancomunidad de Montes y de las comunidades de montes de Pontevedra, para dar a conocer una nueva herramienta de análisis del territorio, que ayudará a definir un plano de cortafuegos y anti fuegos, así como a mejorar la gestión de las masas forestales.

En el encuentro participó el ingeniero forestal Manuel Peixoto, creador de dicha herramienta, en la que invertirá unos seis meses de trabajo para crear el plan de trabajo necesario para Pontevedra. El contrato de este servicio tiene un coste de 16.000 euros para las arcas municipales.

Tras la última ola de fuegos, el pasado octubre, el gobierno local de Pontevedra retomó con las comunidades de montes de Pontevedra la idea de recuperar el plan "Monte Vivo" con el objetivo de trabajar para que el municipio tenga un plan de defensa contra los fuegos. La idea básica es crear cortafuegos vegetales, en un perímetro de un kilómetro en el entorno de los lindes del municipio, de modo que los incendios no puedan atravesar sin control de parte a parte el territorio y que el Concello tenga capacidad de defensa en caso de incendio.

El primer paso ha sido la puesta en marcha de esta herramienta que "nos dirá dónde es más urgente actuar", señaló el concejal Demetrio Gómez "y ese será el trabajo de Manuel Peixoto, una recogida de información con una tecnología informática creada por él, que nos ayude a definir las zonas de trabajo prioritarias para el Monte Vivo en el municipio", explicó el edil.

Se trata de una herramienta "que se hará para nuestro territorio, con tecnología propia y para el monte gallego, exportable a todo el país" añadió el concejal de Obras, Participación y Rural.

Metodología

Según explicó el ingeniero foreslta Manuel Peixoto, la metodología que va a seguir para desarrollar la herramienta contratada consiste en definir, a partir de la cartografía catastral, aquellas zonas afectadas por la Ley de prevención de incendios forestales de Galicia.

Después se definirá una serie de franjas de protección y se calculará la superficie de cada parcela afectada por el futuro cortafuegos. Con estos datos se podrá calcular los costes necesarios para actuar en cada parcela.

Además se va a incorporar datos de superficie de cada parcela, de orografía (cotas, pendientes, orientación, etc.) y también por parcela datos de la vegetación (altura y tipo de vegetación) y por último información disponible (con imágenes de satélite) de la sequía que sufre esa vegetación.

Con toda esta información "vamos a saber cuáles son todas las superficies afectadas y el coste aproximado para implementar las medidas anti fuegos" en la que la creación de los cortafuegos será un eje central, explicó el técnico.

A la redacción de un plan de cortafuegos vegetales del término municipal de Pontevedra seguirá la priorización de las actuaciones concretas en esos cortafuegos: gestión de la biomasa (eliminación, desbroces, trabajos de mantenimiento, etc.) y su aprovechamiento para la producción de compost; la plantación de masas forestales resistente a la lumbre y otras medidas que se crean oportunas.

Este plan de cortafuegos da continuidad al proyecto Monte Vivo con el que el Concello y la Mancomunidade de Comunidades de Montes de Pontevedra están ordenando y tratando de rentabilizar el monte comunal, además de evitar los incendios forestales.

Esta Mancomunidade suma alrededor de 2.600 hectáreas de monte que supone alrededor del 22% de la superfice del término municipal de Pontevedra. Es una superficie forestal repartida, al inicio del plan, entre el eucalipto (37%) que es la especie con presencia mayoritaria, el pino (22%), las frondosas (16%) y las superficies destinadas a matorral (22%).

Incluye los terrenos de 3.400 comuneros, si bien la superficie de terreno beneficiada involucra prácticamente a la totalidad de los habitantes del rural pontevedrés pero también a los de la ciudad, por las funciones ambientales -reducción de emisiones de carbono, mejora de la calidad del aire, regulación del régimen hídrico, etc.- y sociales que realizan los montes vecinales abiertos a la población para su ocio en contacto con la naturaleza.

Este proyecto de ordenación ya está en pleno desarrollo y parte de un conocimiento exhaustivo de los condicionantes de la gestión del monte y de sus recursos, para planificar la gestión futura.

Entre los aspectos inventariados se pueden citar aspectos legales como las servidumbres o las cesiones, aspectos naturales como la capacidad productiva, también los espacios de alto valor de conservación, los recursos del patrimonio cultural, etnográfico y las equipaciones existentes en los montes vecinales y, por supuesto, las masas forestales.