El uso del "multamóvil", que vigila el uso de los aparcamientos de servicios en la ciudad, o la reciente adquisición de un radar para controlar la velocidad en el casco urbano no ha supuesto un aumento de las sanciones de tráfico por parte de la Policía Local en el último año. En 2017 los agentes impusieron un total de 11.444 sanciones por infracciones de tráfico, lo que supone una media de 954 multas cada mes.

Por vez primera, se baja de las mil denuncias mensuales y se alcanza una reducción de casi el 40% con respecto a las multas que se contabilizaban en 2010. Entonces fueron más de 18.000, a razón de 1.500 cada mes. Por su parte, en 2016 fueron 12.656 las sanciones impuestas y aún se superaba la barrera de las mil mensuales. Hasta la cifra de 2017, el año con menor número de infracciones denunciadas por los agentes era el de 2015, con 12.416, es decir, 1.034 mensuales.

El estacionamiento indebido, encima de las aceras, en plazas de carga y descarga o en pasos de peatones son las infracciones más habituales, pero desde hace unos años se detecta un preocupante aumento de una irregularidad al volante en concreto: el uso del teléfono móvil. En apenas seis años se ha duplicado el número de denuncias por este comportamiento y 2017 concluyó con 614 multas, un 34% más que en el ejercicio anterior, cuando fueron 458. Hace apenas siete años, en 2011, apenas se registraron 256 sanciones por esta causa, que pasó a 258 en 2012. Ahora prácticamente se duplican esas cifras.

Por esta razón, la Policía Local pone en marcha mañana lunes una nueva campaña de control de este tipo de infracciones y de otros comportamientos irregulares al volante.

La propia Policía Local muestra su preocupación por el incremento del uso del teléfono móvil mientras se conduce pese a la pérdida de puntos que acarrea. Y no se trata, como hace unos años, únicamente de hablar, sino que cada vez son más los casos de conductores que consultan el celular para atender el WhatsApp u otras aplicaciones, lo que provoca que "impide percibir un 50% de la información de la carretera". Los agentes subrayan que "su uso es cada vez más generalizado y es el responsable de un alto porcentaje de accidentes".

Una de las últimas campañas específicas del pasado año realizadas por la Policía Local fue la de control de velocidad, para estrenar el recién adquirido radar. Se llevó a cabo durante doce días entre finales de noviembre y principios de diciembre y se contabilizaron un total de 3.856 vehículos en una veintena de controles y de todos ellos tan solo se cursaron 40 denuncias, lo que supone un porcentaje de infractores de apenas el 1%.

En cuanto a las calles en las que se realizaron los controles, la Policía Local actuó en San Mauro, avenida de Marín, As Corbaceiras, avenida de Compostela, avenida de Lugo, Buenos Aires o el acceso a Montecelo, entre otros, si bien el mayor número de infractores se detectó en la avenida de Josefina Arruti (el desdoblamiento de la Avenida de Vigo y nuevo acceso a la ciudad por el sur) y la Avenida de Compostela. Ambas sumaron el 60% de las infracciones detectadas por el radar en esta campaña de velocidad.

Grúa

Donde también se observa un descenso de las infracciones es en el balance de la grúa municipal, hasta el punto de que el Concello tiene que compensar económicamente a la empresa concesionaria por el bajo número de enganches. Hace solo siete años, las infracciones casi duplicaban a las actuales lo que hacía mucho más rentable este servicio para la concesionaria que cobra por actuación realizada. El número de vehículos retirados en 2011 fue de 4.859; y la cantidad fue reduciéndose paulatinamente hasta el pasado año 2017 cuando se retiraron de las calles pontevedresas 2.907 vehículos mal estacionados. Es decir, se produjo una reducción de algo más de un 40%.

La caída en el número de enganches fue progresiva desde 2011, según los datos facilitados por el ayuntamiento en el día de ayer. Así, en 2012 el número de vehículos retirados fue de 4.613, en 2013 de 3.950; en 2014 de 3.790; en 2015 de 3.418; en 2016 de 3.047 y el pasado año se cayó de la barrera de los tres mil hasta los 2.907 coches retirados por la grúa.