Después de más de quince años de trámites, modificaciones urbanísticas e innumerables informes, el parque comercial de O Vao, el primero de estas características en el municipio, podrá ser una realidad este mismo año a orillas de la carretera de Vilagarcía. La inmobiliaria promotora de este viejo proyecto, Ponteno, ha solicitado ya ante la Xunta la concesión de la autorización comercial autonómica, un permite necesario al tratarse de un polígono donde se asentarán diversos establecimientos.
La promotora ha decidido poner en marcha el parque en una primera fase de urbanización de algo menos de 37.000 metros cuadrados (quedarían pendientes otros 5.500 metros cuadrados) y con contratos de arrendamiento con cinco grandes compañías: Decathlon, dedicada a la venta de artículos de deporte; JYSK, que ofrece textil para el hogar, muebles, decoración, colchones, mobiliario y artículos de jardín; Aki, con exposición y venta de artículos de bricolaje y mobiliario, con corte de madera; Eroski, de venta al por menor de productos de alimentación y complementarios para la higiene personal y limpieza del hogar; y Norauto, donde se venden artículos relacionados con el automóvil y otros sistemas de movilidad, además de disponer de taller.
Todo ello permitiría crear unos 230 puestos de trabajo, según las estimaciones de la inmobiliaria Ponteno, vinculada al Grupo Nogueira. Unos 190 de ellos serían directos y otros 40 corresponderían a transportistas, vigilantes y otros empleos.
Propiedad única
Tal y como se recuerda en la documentación entregada a la Xunta, el polígono comercial para el que se solicita la autorización comercial autonómica "se encuentra a tan solo unos 800 metros desde el nudo de Bomberos y la rotonda existente en la PO-531 al principio del actual polígono comercial" ya existente desde hace años en la carretera de Vilagarcía. Su andadura comenzó "en febrero de 2012 -hace ya más de quince años- mediante la presentación en el Concello de una modificación urbanística para su desarrollo. Insiste en que "han sido precisos quince años y varios cambios legislativos para que, finalmente, el día 27 de enero de 2017 se aprobase definitivamente por el pleno municipal" y añade que "según cálculos muy precisos, con la puesta en servicio del polígono comercial se crearán un mínimo de 190 puestos de trabajo directos y unos 40 indirectos entre transportistas, vigilantes, limpieza, control y mantenimiento de instalaciones, etc".
El polígono "es en su totalidad propiedad de la empresa promotora Inmobiliaria Ponteno" y ocupa una superficie de 36.781,08 metros cuadrados. Se trata de un polígono alargado de forma irregular de unos 550 metros de largo por un ancho que varía entre cero metros en sus extremos y que en su punto máximo alcanza los 10, en el que están planteadas tres parcelas edificables: La parcela de mayor superficie, que albergará, en principio, cuatro empresas en dos niveles (Decathlon, JYSK, Aki y Eroski) y tiene 12.870 metros cuadrados.; otra menor, de 1.078,82 metros (en la que se implantará Norauto y la tercera, de cesión al Concello (con uso comercial-industrial) que cuenta con una superficie de 1.191,74 metros cuadrados., y que será dedicada por éste al destino que considere oportuno".
Además, "también de cesión son la parcela para equipamientos, de 688,30 metros y las zonas verdes, que alcanzan un total de 4.406 metros repartidas en dos parcelas".
Cesiones
Además hay una franja de ocho metros de ancho, de cesión a Fomento, colindante con la autopista, que constituye el vial que se empleará para el acceso de los empleados a la zona de peaje. Finalmente, hay una parcela inedificable, de suelo rústico de protección de costas, de 4.860,88 metros cuadrados situada entre las parcelas edificables (colindantes con la PO-531) y la franja lineal de 8 metros descrita anteriormente".
Los más de quince años de tramitación, en los que han sido necesarias negociaciones con numerosas administraciones, quedan plasmados en la gran cantidad de informes, entre 2011 y 2017, que acompañan a la documentación presentada a la Xunta. Son al menos nueve de las consellería de Medio Ambiente e Infraestructuras, uno de la de Cultura, dos del Concello, uno del Ministerio de Industria, dos del de Medio Ambiente y Costas y tres del Ministerio de Fomento, entre ellos uno de la Dirección General de Aviación Civil. La autorización de este último ministerio fue una de los más complejas, por la incidencia del proyecto sobre la AP-9, pero también hubo que salvar obstáculos con el Plan de Ordenación do Litoral y Costas del Estado por la cercanía del polígono a las marismas del Alba. Ahora, casi 16 años después, el proyecto arranca con cinco grandes compañías y más de doscientos empleos.
