La Audiencia Provincial juzga el próximo jueves a un hombre acusado de abusos sexuales sobre una menor, que vivía en su edificio de Pontevedra. La fiscal pide una condena de once años de prisión para el acusado.

En abril de 2015 el procesado entabló amistad con la madre y los hermanos de la menor, quienes vivían en el mismo inmueble de la ciudad de Pontevedra, de modo que muchas tardes subían tanto la niña como su familia a casa del acusado, quien les invitaba a tomar un café, helados o con cualquier otro pretexto, según explica la fiscal.

A partir de junio de ese año, coincidiendo con la fecha de finalización de las clases, la joven, que tenía 15 años de edad en ese momento, y su hermana, que tenía 13, pasaban casi todas las tardes en el domicilio del procesado. Aprovechándose de la edad de la primera y de la relación de confianza generada, el procesado, durante casi todos los días comprendidos entre finales del mes de junio y hasta el 15 de julio de 2015, llevaba a la adolescente a su dormitorio donde, con intención de satisfacer sus deseos sexuales, le quitaba la ropa o le pedía que se la quitara, a lo que ésta accedía tras manifestarle su oposición. A continuación abusaba de ella, según la acusación.

Para la Fiscalía los hechos son constitutivos de un delito continuado de abuso sexual a una menor, con penetración, por lo que se demanda una pena de 11 años de cárcel.

Pide además una prohibición de aproximarse a una distancia de 500 metros a la chica y la de comunicarse con ella por cualquier medio, en tiempo superior en seis años a la pena de prisión impuesta.

La madre de la víctima ha renunciado a reclamar una indemnización por estos hechos.