-¿Por qué momento pasa la sanidad pública?
-Siempre decimos lo mismo, que estamos en un momento difícil, crítico. Nosotros tenemos un sistema sanitario público que es modélico. No hay en el mundo otro sistema sanitario más eficiente que el nuestro. Eficaz al coste y el precio que tiene el nuestro. Nuestros indicadores sanitarios son de los mejores del mundo y el gasto es de los más bajos. En buena medida, en casi toda, gracias al esfuerzo de los profesionales, algo que es impagable. El modelo es eficiente y deviene de la Ley General de Sanidad del año 1986, que ha sido magnífico. Tenemos mucho de que sentirnos orgullosos, pero es un sistema que hay que defender porque está sometido a intereses que tienen que ver con la privatización y el mercado. En momentos de crisis económica y de recortes, hasta el fácil justificarlo, pero detrás de eso hay intereses de ciertos colectivos. Muchas veces se utiliza el contexto de la crisis como cobertura para privatizar. Y, curiosamente, hay informes de la propia OMS que aseguran que no es más eficiente el sistema privado. Los sistemas sanitarios que fueron privatizados, como el del Reino Unido, se han arruinado.
-¿En qué debe mejorar el nuestro?
-En muchos aspectos, como la confortabilidad, la accesibilidad. También tiene que adaptarse a las realidades sanitarias que son cambiantes. En este momento, por ejemplo, a las patologías crónicas. Con el aumento de la esperanza de vida la gente mayor tiene padecimientos crónicos. El sistema sanitario debe adaptarse tanto a esto como al envejecimiento de la población. Hasta ahora ha estado muy pensado en el tratamiento de procesos agudos: ingresos, cirugía..., pero ahora hay que acompañar y garantizar la calidad de vida de las personas. Cambiemos lo que sea necesario y mantengamos lo que no hay que cambiar, como el carácter público.
-Habla del importante papel de los profesionales en esa defensa, pero ¿y la ciudadanía?
-Ya lo está haciendo participando en asociaciones en defensa de la sanidad pública. Los profesionales solos no pueden defender el sistema, la ciudadanía debe participar activamente, incluso en la toma de decisiones sanitarias. Tenemos que defender este sistema porque todos somos usuarios potenciales.
