Las lluvias del miércoles y ayer, con unos 20 metros cúbicos recogidos en algo más de 40 horas no explican por si solas la espectacular mejoría del caudal que experimentó ayer el río Lérez en su presa de Monte Porreiro. Este caudal, que el miércoles era de apenas 3,5 metros cúbicos por segundo, aumentó en apenas 24 horas a más de 5,3 metros cúbicos, es decir, un 50% de incremento.

Aunque las precipitaciones ayudaron a esa positiva imagen, el gobierno local admite que la decisión de Augas de Galicia de reducir al 50% la captación de Ence aguas arriba, en su presa de Bora, comenzó a notarse en el río precisamente ayer, la primera jornada con lluvia desde principios de mes.

De hecho, en la primera semana de noviembre llovió más que lo recogido hasta ahora en esta semana y el caudal apenas superó entonces los cinco metros cúbicos, una barrera que ayer se sobrepasó con creces, llegando a picos de 5,7. Hay que remontarse a julio pasado para encontrar un caudal más alto.

No obstante, el estado del río está muy lejos de ser el normal para estas alturas del año. Hace doce meses, por ejemplo, se llegaba a los 23 metros cúbicos por segundo, sin ser siquiera la mejor cifra histórica.

Por ello, el gobierno local mantiene inalterables las medidas de ahorro de agua adoptadas el pasado día 17. El concejal Raimundo González Carballo explicó ayer que pese a la mejoría del Lérez "aún hay que aguardar a ver como evolucionan las precipitaciones -que no se aventuran muy prolongadas en el tiempo- para decidir sobre el abastecimiento".

Entre esas medidas de ahorro de agua figura la reducción de la presión del agua nocturna, rebajar el riego de jardines y limitar los baldeos a "lo estrictamente necesario", además de iniciar un "control exhaustivo" de las fuentes públicas para evitar pérdidas.

El Concello sostiene que reducción de la presión de agua por las noches no afectará al abastecimiento de las casas pero sí sirva para atenuar las pérdidas que habitualmente se producen en un abastecimiento normal. También se ordenó a los departamentos municipales de agua, jardines, limpieza y servicios técnicos para realizar un control exhaustivo de las fuentes públicas, si bien la mayoría de las fuentes ornamentales son de circuito cerrado, por lo que no consumen agua.

El río Lérez suministra agua a los municipios de Pontevedra, Poio, Sanxenxo, Marín y Bueu. El 44,1% del consumo lo hacen los municipios de la ría, el 39,5% es consumo doméstico de Pontevedra, el 8,9% de uso comercial y el 1,9% de uso industrial, excepto Ence.

Mientras tanto, se está a la espera de que Augas de Galicia convoque una segunda reunión para analizar los efectos de la sequía. Tras la celebrada con una docena de concellos de la comarca el pasado día 13, este organismo de la Xunta ya ha ordenado en otros territorios, como el sur de la provincia de Pontevedra o en zonas de A Coruña, un recorte del 10% en los consumos no esenciales. Pero diez días después de aquella primera reunión en Pontevedra aún no se ha fijado una segunda en la que se podrían implantar acciones similares.

Pontillón, al 85%

En el caso de Pontevedra, tanto la capital como los demás municipios que se abastecen del Lérez cuentan con las reservas del embalse del Pontillón, que se mantiene en torno al 85% de ocupación, lo que garantiza, en el peor de los casos, un suministro para al menos un mes si se llegara al caso de cerrar por completo el bombeo desde el Lérez, una situación que a día de hoy está muy lejos de producirse.

De los 31.000 metros cúbicos diarios consumidos en estos días, el 44,1% se va para el resto de ayuntamientos que "beben" del Lérez, mientras que el 55,9% se queda en Pontevedra. Dentro del consumo de la ciudad, las viviendas se llevan el 39,5 por ciento y los comercios el 8,9 por ciento. Riegos, baldeos y fuentes consumen un porcentaje que ronda o es inferior al 1%.