La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra tenía previsto iniciar ayer el juicio contra un empleado de una sucursal bancaria de Pontevedra acusado de apropiarse de manera indebida de fondos los clientes de la entidad financiera. Sin embargo, la vista oral tuvo que ser aplazada por la ausencia de uno de los tres magistrados de la sala.

Aunque estaba previsto cubrir la ausencia de uno de los jueces con un magistrado sustituto, la mala suerte quiso que el juez que iba a realizar esta labor había sido también el instructor de la causa por lo que no quedó más remedio que acordar el aplazamiento. El fiscal pide 4 años de prisión para el acusado y que indemnice al Banco Santander en 380.000 euros.