La semana pasada pudieron consultarse por última vez los resultados de las votaciones del concurso Árbol Español del Año y lo cierto es que en ese momento el carballo de Santa Margarida contaba con escasas opciones de hacerse con el reconocimiento: ocupaba la tercera posición y a muy larga distancia de los dos ejemplares mejor situados.

Así, los vecinos, asociaciones y en general las entidades que respaldan la candidatura presentada por la Comunidade de Montes de Mourente animan a todos los aficionados a la naturaleza a votar en la web. Inciden en que, más allá de un reconocimiento simbólico, el ser nombrado Árbol Español del Año motivaría a la Iglesia, propietaria del terreno donde crece, y a las administraciones a brindarle los cuidados biológicos que necesita.

Y es que ni su enorme valor cultural (es el árbol más famoso de Galicia, un símbolo histórico y cultural) ha evitado que sufra agresiones como una carretera que pasa bajo su copa, el asfaltado de su perímetro o un banco que fue incrustado en la base. El tráfico de camiones que con frecuencia golpean las ramas y en general el desinterés de las administraciones y la Iglesia, que apenas han realizado acciones para protegerlo, también han contribuido al deterioro de este monumento vegetal, crisis que se evidenció aún más el pasado verano con la caída de una de las ramas, de unos 200 kilos de peso y que acentuó el desequilibrio del ejemplar.

El concurso Árbol Europeo del Año (European Tree of de Year), creado en 2011 y al que concurren los ganadores de los concursos que se realizan en cada país, precisamente tiene como principal objetivo "destacar los interesantes árboles viejos como un importante patrimonio natural y cultural que deberíamos apreciar y proteger".

En el Árbol Europeo del Año, a diferencia de otros concursos, no es importante la belleza, el tamaño o la edad sino la historia y la conexión con las personas. "Buscamos árboles que se han convertido en una parte integrante de la comunidad en su sentido más amplio", señalan los organizadores.

Este carácter de emblema de la comunidad es precisamente una de las grandes bazas del carballo de Santa Margarida, que tiene una altura de 15 metros, el tronco un perímetro de 8 y se estima que su edad supera los 500 años.

En la leyenda que acompaña a su candidatura se recuerda que "es un símbolo cultural, natural, etnográfico, histórico y artístico. Se han recogido leyendas y costumbres sobre este árbol en varias publicaciones. Hay referencias a el en decenas de obras literarias, pictóricas o ambientales".

También se recuerda que es "un símbolo de las raíces del país gallego y de la resistencia de sus habitantes" y que "su importancia y acervo simbólico ha sido destacado en varias publicaciones de tipo histórico, etnográfico y artístico. Figuras eminentes de la cultura gallega y española, especialmente el padre Martín Sarmiento, le han dedicado su atención y han resaltado su valía como emblema natural e histórico".

Hasta la medianoche de mañana, día 31, todavía puede formalizarse el voto: no se exige registrarse en la web, solo contar con un email válido ya que no se admitirán votos procedentes de emails creados con cuentas temporales "duplicados ni sospechosos", ya que serán anulados, señala la organización.

El árbol pontevedrés compite con un tejo de Asturias, un pino de Ávila y otro de Jaén, un plátano de sombra de Valencia, un olmo de Badajoz, un encino de Navarra y un ciprés de Sevilla.