Unos doscientos vecinos y voluntarios esparcen durante la jornada de hoy más de un centenar de pacas de paja por las laderas que hacen vertiente a los manantiales de Ponte Caldelas. Tratan de evitar la erosión del terreno y mitigar la contaminación de las aguas, con el arrastre de ceniza procedente de los incendios forestales. Están desplegando por distintas zonas unas 30 toneladas de paja y otras 10 de restos de podas y material vegetal.

La actuación se realiza mediante la colaboración de una veintena de cuadrillas de voluntarios, con paja adquirida por el Concello de Ponte Caldelas, además de hierba procedente de desbroces de las comunidades de montes de Antas y una aportación de material de compostaje donado por el Concello de Pontevedra.

Las pacas de paja adquiridas por el Concello de Ponte Caldelas llegaron en dos camiones tráiler procedentes de Castilla y fueron distribuidas por las zonas más afectadas gracias al trabajo de una docena de vecinos que aportaron sus propios tractores para realizar este trabajo.

Se trata, en todo caso, de una actuación "de urgencia, muy puntual y muy localizada" -explica la coordinadora de las brigadas e ingeniera forestal, Gloria Bustingorri- que se realiza en un porcentaje de superficie afectada "muy bajo" y que tiene por objetivo mitigar los efectos de la erosión y de la contaminación sobre los manantiales que abastecen de agua potable a muchos núcleos de Ponte Caldelas.

Vecinos y voluntarios que asisten a esta jornada de trabajo lamentan la "nula" respuesta del gobierno de la Xunta de Galicia a esta emergencia, en una actuación promovida por los propios residentes para proteger los montes afectados por los últimos incendios y evitar la contaminación de los acuíferos.