El dinero retornado por los emigrantes gallegos permitió, desde el siglo XVII, la creación de al menos 317 escuelas en toda la comunidad autónoma, una veintena de ellas en la comarca de Pontevedra. "As escolas da emigración" es un trabajo del Arquivo da Emigración Galega, del Consello da Cultura Galega (CCG), que ha logrado documentar 19 de estos centros escolares en los concellos de Pontevedra, Marín, Caldas, Cotobade, A Lama, Moraña y Portas.
"El envío de remesas desde la emigración tuvo una gran importancia para la mejora de las condiciones de vida y para la modernización de la economía gallega, y también propició una mejor permeabilidad a las ideas procedentes del exterior", asegura el CCG.
"La salida hacia América de millares de gallegos, muchas veces con carácter definitivo, provocó en numerosos casos un profundo sentimiento de compromiso y solidaridad con su tierra de origen, no solo en el plano familiar, sino también con sus vecinos", añade el estudio.
El ámbito educativo fue una de las huellas con mayor repercusión de aquel momento y contribuyó a "configurar la primera red escolar gallega". "Cuando los emigrantes llegaban a América se encontraban en una situación de clara inferioridad en el mercado laboral por su escasa cualificación académica y profesional y se veían obligados a aceptar los trabajos más ingratos, penosos y peor pagados". Ello les llevó a concienciarse de que la educación "era fundamental".
De las 19 escuelas que se han documentado en la comarca pontevedresa, dos de ellas son de la capital. La más antigua era el Colegio de los Jesuitas, actual Edificio Sarmiento del Museo de Pontevedra. Fue construido por iniciativa del religioso Jorge de Andrade, un adinerado sacerdote natural de Pontevedra que residió en Perú en la primera mitad del siglo XVII.
En 1644 efectuó una donación de 200.000 pesos de plata destinados a la fundación de un colegio en la ciudad que estaría dirigido por la orden religiosa de los jesuitas. La idea era reunir en un único centro educativo las escuelas ya existentes en la villa. Funcionó como tal entre 1714, cuando se inauguró, y 1767, cuando se disolvió la Compañía de Jesús. Después fue fábrica de tejidos, almacén y primer Instituto de Pontevedra. De 1903 a 1974 estuvo ocupado por el Hogar Provincial. Fue cedido al Museo en 1978.
El empresario cotobadense Casimiro Gómez fue el impulsor en 1929 de la Escola de Artes e Oficios, situada en el centro de Pontevedra y que ahora es el actual CEIP Barcelos. Emigró con apenas 13 años a Argentina, donde ya vivía un tío suyo emigrado.
"Comprometido también con la cultura y la educación, colaboró con el sostenimiento económico de la escuela de Viascón; y en Barcelos donó un solar en el que se construiría el colegio", explica el trabajo del Consello da Cultura Galega. "Fue protector de las colonias escolares en Lalín y destacó como donante de libros de temática americanista a la Biblioteca América de la Universidade de Santiago".
En el resto de la comarca de Pontevedra hay catalogadas, además, otras 17 escuelas. Los concellos de Caldas de Reis y A Lama, con cuatro cada uno, son los que aglutinan el mayor número. En Marín y Cotobade el Consello da Cultura Galega enumera a tres en cada municipio, mientras que en Moraña dos y en Portas uno.
Algunos de ellos continúan funcionando como colegios, bien en los antiguos edificios, renovados, como en otros que se construyeron en el mismo lugar o sus proximidades. Es el caso, por ejemplo, del San Narciso de Marín. A otros, sin embargo, se les han dado otros usos.
La intervención de los emigrados se realizó a través de dos modalidades. La individual, promovida por filántropos indianos desde el siglo XVII, y la colectiva, por las sociedades de instrucción que se fueron creando en América desde el siglo XX.
