La noche de incendios que asoló a muchos municipios de Galicia durante la noche del pasado domingo, afectó en la comarca de Pontevedra a Ponte Caldelas y a Cerdedo-Cotobade, así como a Caldas de Reis, en Umia.

Pasadas las diez de la noche del domingo y en cuestión de un par de horas, la villa de Ponte Caldelas se vio rodeada por ocho focos distintos, que cercaron el centro urbano. Al mismo tiempo, una lengua de fuego se abría paso a gran velocidad procedente de los montes de Soutomaior, que a consecuencia de la acción del fuerte viento se extendió por Silvoso, A Ínsua, Pazos y Roca.

De los 36 lugares de Ponte Caldelas, solo ocho se libraron de los incendios. Fueron las zonas más próximas a Pontevedra (Xustáns, Baltar, A Reigosa, Mirón), así como las de la zona norte del municipio (Anceu, A Esfarrapada, Caritel). Aún así, la Xunta de Galicia no incluyó a este municipio entre los damnificados por los incendios forestales del domingo, algo que originó una protesta oficial de su alcalde, Andrés Díaz. El socialista apuntó que la Xunta no declaró el nivel de alerta 2 hasta las tres de la madrugada y que las brigadas no llegaron hasta pasar varias horas.

El fuego en el municipio del Verdugo afectó a numerosas viviendas, entre las que calcinó al menos dos habitadas en la parroquia de A Ínsua. En el resto del municipio fueron pasto de las llamas varios vehículos, maquinaria agrícola, animales y abastecimientos como luz y agua. El fuego llegó a las fachadas de varias casas que se salvaron únicamente gracias a la acción de los vecinos, que lucharon toda la noche contra las llamas.

Desalojos

El Concello desalojó varios núcleos y medio centenar de personas pasaron la noche en la Casa de Cultura de Ponte Caldelas.

En un primer momento fueron trasladados al pabellón de deportes de la villa, pero también esta instalación se vio afectada por la entrada de humo, por lo que también tuvieron que ser evacuadas de este edificio.

Los propios vecinos tuvieron que hacer frente a las llamadas, ayudados por el personal municipal y el escaso material del que dispone para este tipo de emergencias, una motobomba y una cisterna.

Algunos vecinos salvaron sus casas "in extremis", con sus propios medios y a cambio de dejar a merced del fuego galpones, corrales, maquinaria y vehículos. Incluso todo aquello con lo que se ganaban la vida. Es el caso de José Ángel Suárez Díaz, que perdió "todo con lo que me ganaba la vida" en su casa de Parada. Maquinaria, tractores, animales, leña... Con tres niños pequeños y tras una noche sin dormir, ayer tranquilizaba a uno de sus hijos explicándole que "donde trabajaba papá se puede arreglar".

"Pero los árboles no se pueden arreglar", se decepcionaba el pequeño al contemplar el paisaje.

Sus vecinos María Guerra y Manuel Dasilva también perdieron tres tractores y un coche, además de sufrir otros daños en la vivienda, como el abastecimiento de agua.

Empresas

Varias empresas de la zona, como Maderas Nefab y Maisán en A Ínsua, o la panadería O Pan de San Antonio, en Parada, se vieron afectadas por la acción del fuego. Los responsables de Nefab, con 49 trabajadores, estiman que la empresa no podrá producir al menos en un mes. La factoría se vio dañada en su tejado y en la línea de producción de melamina. Fueron los propios responsables de la empresa, con la ayuda de algunos trabajadores, los que durante la noche del domingo pusieron a salvo gran parte de la fábrica.

La vecina firma Maisán estimaba en más de 20.000 euros las pérdidas en madera, además de un camión, herramientas y maquinaria.

También la panadería "O Pan de San Antonio", en Parada, se vio dañada por el fuego perdiendo varios enseres. El fuego llegó a la puerta del negocio y quemó una furgoneta y un galpón.

El centro de la villa se vio rodeado por varios focos que pusieron en riesgo edificios de viviendas e instalaciones públicas. El propio alcalde, con la ayuda de una patrulla de la Guardia Civil y operarios municipales, con su esfuerzo, salvaron del fuego un almacén de bombonas de butano.

Desde la zona de Aceña el fuego se aproximó al colegio Manuel Cordo Boullosa y el IES de Ponte Caldelas. La carretera que une la villa con Soutomaior tuvo que ser cortada al tráfico durante la noche.

"Pasamos miedo", resume Fernando Laíns Oliveira, residente de A Ínsua, que con la ayuda de un vecino hizo frente al fuego que rodeó este núcleo de viviendas y llegó a las puertas de la iglesia y el cementerio parroquial.