Las Áreas de Rehabilitación Integral (ARI) del centro histórico y de Estribela cuentan ya con una aportación de 440.000 euros para afrontar actuaciones en viviendas y espacios públicos a lo largo de 2018. Además, el ARI de Marín recibirá 338.000 euros, el de San Tomé en Caldas otros 125.000 euros, y el de Combarro, en Poio, 49.000 euros más.

El Consello de la Xunta ha autorizado la firma de los convenios con estos cuatro municipios y otros 30 concellos gallegos para garantizar las ayudas públicas a la rehabilitación de viviendas.

De los 440.000 euros destinados a Pontevedra, unos 317.000 corresponden al centro histórico y los 38.000 restantes, a Estribela. El Ministerio de Fomento aporta el 70% de esos fondos. Para los 34 municipios beneficiados en toda Galicia se destinan unos 10,4 millones, por lo que Pontevedra recibirá el 4,2% del total. Las cuantías más altas corresponden a las ciudades de A Coruña, con algo más de un millón de euros para dos zonas; Ferrol, con 1,4 millones para cuatro áreas; Santiago, con cerca de millón y medio en cuatro espacios; Ourense, con 1,4 millones en cuatro zonas; y Vigo, con una cantidad similar también en cuatro áreas. Vilagarcía recibe 270.000 euros en tres espacios.

Desde que se aplica el ARI del casco viejo, con actuaciones ya ejecutadas, en marcha o previstas, se calcula en 150 el número de obras acogidas.

En el barrio de Estribela, siempre que la iniciativa privada responda a las previsiones del Concello, a finales de 2018 entrarían en los convenios 83 actuaciones. En esta zona de la parroquia de Lourizán el plan de mejora de inmuebles ya acumula notable experiencia, con varios años de ejecución.

La tercera fase del ARI, más el que se pondrá en marcha hasta 2018, podrá suponer una inversión pública de aproximadamente 1.038.000 euros en el centro histórico y de más de 417.262 euros en Estribela.

El Concello dispone también de unos fondos para acometer obras públicas y en el centro histórico se actuó en las calles Tristán de Montenegro, Pratería Vella y Eirado de Albar Páez, así como en la plaza de Valentín García Escudero, con una iluminación artística y nuevo vallado del espacio arqueológico.