El río Lérez protagoniza desde hace varios días unas notables oscilaciones en su caudal. Si el pasado lunes presentaba su nivel más bajo de año y fue necesario complementar el abastecimiento con las reservas del embalse del Pontillón, al día siguiente recibía casi el doble de agua y superaba con creces los tres metros cúbicos.

Pero con el paso de los días, esas cifras han vuelto a caer paulatinamente. Augas de Galicia situaba el caudal en 2,77 metros y ayer ya se situaba en la frontera de los dos metros cúbicos, el mismo nivel que hizo saltar las alarmas el fin de semana y activar el embalse.

Tras la recuperación observaba el miércoles, se decidió cerrar de nuevo el suministro desde el Pontillón para conservar sus reservas, pero ahora no se descarta volver a recurrir a él.

Estas oscilaciones constituyen un misterio para el Concello, que ve como el río pierde en poco tiempo lo que gana en una jornada sin que se produzcan aumentos en el consumo de la población, que ronda los 33.000 metros cúbicos diarios para los habitantes de Pontevedra, Poio, Marín y Sanxenxo preferentemente.