Si hay algo en lo que coinciden la mayoría de los peregrinos que pasan por el Camiño Portugués es en la amabilidad de los gallegos que se van encontrando por la ruta, siempre, o casi, "dispuestos a indicarte la dirección correcta".

Ayer llegaba al albergue pontevedrés un grupo de amigas de Málaga con edades comprendidas entre los 21 y 25 años. Es la primera vez que hacen el Camino de Santiago y se decantaron por la variante portuguesa "porque nos han dicho que es más fácil". Comenzaron desde Tui, así que en unos días cuentan con llegar a Compostela.

"Pensábamos que iba a ser mucho más duro, pero nos está gustando mucho. La gente es muy amable y está siempre dispuesta a ayudarte. Hoy nos han hecho hasta un regalo, una flecha del camino de madera", celebran.

En su caso no lo hacen por motivos religiosos, sino como experiencia vital, de ahí que estén disfrutando, confiesan, en gran medida de los paisajes que se van encontrando a su paso y de la comida.

La experiencia está siendo tan buena que ya se están planteando realizar en un futuro próximo la ruta tradicional francesa. "Ir con tus pies a donde quieres es lo mejor que puedes hacer", asegura una de ellas.

Desde Braga

Desde la capital de Portugal, Lisboa, llegaron ayer a Pontevedra Cláudia Ferreira y Bruno Soares, pareja en lo personal y en el Camino que iniciaron su andadura en Braga. "Lo que más nos está gustando son los maravillosos paisajes que nos encontramos y las experiencias personales con otros caminantes", recalcan.

Ella decidió hacer el camino por motivos religiosos, pero él "por la aventura".

En general, consideran que la ruta está bien señalizada y acondicionada, pero echan de menos algunos puntos de descanso donde los peregrinos puedan pararse a comer. También proponen una App para el móvil que permita que los caminantes que viajan solos esté localizados por sus familias o amigos en todo momento.