Cuando Carmela Silva compareció ayer para presentar la guía de comunicación inclusiva elaborada por la Diputación quiso dejar claro que no se trataba de una actuación más, sino de un trabajo "realmente importante", una de las acciones de gobierno que, aunque pueda no ser percibida como tal, "son realmente capaces de cambiar la sociedad", incluso comparándola en importancia con la presentación de unos presupuestos generales.

Y es que cuando lo que se pretende es modificar comportamientos enraizados en la sociedad tras siglos de mal uso, es necesario acudir a los cimientos, casi al subconsciente. Y es en este reino de lo atávico, de lo casi maquinal, en donde podíamos situar los usos del lenguaje. Un lenguaje que convierte en reflejo de la sociedad y que por lo tanto recoge innumerables expresiones y fórmulas sexistas que provocan una invisibilización, cuando no subordinación, de lo femenino frente a lo masculino.

Por lo tanto, para cambiar las cosas desde los cimientos, la Diputación ha elaborado esta primera Guía de Comunicación Inclusiva que será repartida entre todos los trabajadores de la institución y que también pondrán a disposición de los ayuntamientos, por si ven de interés sumarse a esta política. La publicación profundiza en una primera parte en esta utilización del lenguaje con fórmulas andocentristas, es decir, con una visión del mundo basada en la consideración de lo masculino como referencia y lo femenino como subordinado; o directamente sexistas, es decir, dirigidas a mantener esta discriminación y subordinación de las mujeres respecto a los hombres.

Una segunda parte expone el marco normativo y la tercera incluye una serie de ejemplos de lenguaje oral y escrito sexista además de las alternativas existentes para optar por una comunicación inclusiva. Una cuarta parte detalla la bibliografía utilizada para este "amplio trabajo", que llevó a sus autores a revisar numerosa documentación de la Diputación, así como usos del lenguaje diario, o los contenidos de la propia página web para detectar el uso de múltiples expresiones no igualitarias.

La edición de la guía no es la única medida. Carmela Silva explicó que el gobierno provincial llevará al pleno que se celebra hoy la aprobación de un reglamento interno, por lo tanto de obligado cumplimiento por parte de los trabajadores del ente provincial, para el uso de esta comunicación inclusiva. La presidenta dice ser "muy consciente" de que el objetivo de esta iniciativa no se va a alcanzar "mañana mismo" sino que tiene un recorrido más largo dado que, reconoce que incluso ella misma, que realiza "un gran esfuerzo" para evitar expresiones sexistas, acaba utilizando fórmulas no inclusivas en alguna de sus intervenciones. "Hay que hacer un gran esfuerzo", añadió, "porque hay que cambiar la forma de pensar", pero señala que por eso es importante "poder conocer las alternativas que se pueden emplear".

Cláusulas en los concursos

El reglamento de comunicación inclusiva será de obligado cumplimiento en toda la documentación y comunicaciones internas, desde nóminas a informes, y también deberá ser respetado por aquellos trabajos encargados por la Diputación a terceros, además de incluir cláusulas en los concursos que se convoquen.

"Se trata de cambiar las mentalidades y el sistema y esto no lo podremos cambiar si no se cambia el lenguaje", explicó Carmela Silva. La iniciativa incluye mantener este lenguaje inclusivo en la iconografía y las imágenes utilizadas por la Diputación.