Si un enclave natural de la comarca ejemplifica como ningún otro el deterioro de este tipo de espacios en los últimos años es el Lago Castiñeiras. La comunidad de montes de San Martiño de Vilaboa, titular de prácticamente la mitad de ese parque, ha vuelto a poner sobre la mesa su mal estado y la falta de atención oficial por parte de la Xunta. Vallas derribadas, maleza incontrolada, nulo mantenimiento y otros problemas, además de la prohibición de las populares churrascadas de antaño, contribuyen al ocaso de un recinto natural que hace años era cita obligada para muchas familias los fines de semana.

José Luis Gómez, presidente de los comuneros de San Martiño, recuerda que este colectivo dispone de una superficie de 274 hectáreas, de las que 25 se incluyen en un convenio con la Xunta para el Lago firmado en noviembre de 2001, hace casi 16 años. Lamenta que desde entonces "la Xunta no hizo ninguna inversión en el Lago de Castiñeiras ni en su contorno y menos en esas 25 hectáreas, salvo 70.000 euros malgastados en una caminos de zahorra compactada que con la lluvia acabó en el río que abastece al lago ya que no se pensó en canalizaciones o medidas para recoger el agua de lluvia".

Ni podas ni cuidados

Los escritos y reclamaciones ante la consellería caen en saco roto, se quejan los comuneros, que presentan una larga lista de deficiencias. Detalla que "el cierre de madera del perímetro que delimita la zona recreativa y que impide la entrada de vehículos, nunca recibió mantenimiento alguno y en su mayor parte está por el suelo y con clavos metálicos oxidados a la vista, con el consiguiente peligro que supone".

También se queja de que "unos servicios-aseos que nunca fueron inaugurados, tienen las puertas rotas y están llenos de basura e incluso el alguna ocasión fueron utilizados para dormir". Además, el espacio "está lleno de maleza, sin un mínimo mantenimiento ni poda, lo que provoca que haya árboles y ramas en mal estado, lo que hace cada vez más difícil su uso como espacio recreativo".

Y el propio lago tampoco presenta su mejor aspecto. "Es un lago artificial creado para el abastecimiento de agua en caso de incendio, pero no se atienden los avisos de filtraciones que lo secan cada verano, cuando más falta hace esta agua por el alto riesgo de incendios en esta zona".