Una de las paredes principales del salón de reuniones del Gremio de Mareantes de Pontevedra lucirá en breve una réplica de la carta de navegación original de Juan de la Cosa, navegante y cartógrafo español conocido por haber participado en siete de los primeros viajes a América y por haber dibujado la ruta más antigua conservado, en la que aparece el continente descubierto en el siglo XV.

La réplica, de 1892, fue entregada ayer en un acto solemne celebrado en la sede del Gremio de Mareantes, presidido por el presidente de esta institución, José Luis Arellano Guiance, y el presidente de la Asociación de la Carta de Juan de la Cosa, Juan Antonio Lago Novás, marqués de Castell Florite. El evento supuso, además, el hermanamiento entre ambos colectivos, ya que el Gremio de Mareantes nombró miembro honorífico a Lago Novás.

Juan de la Cosa tiene una gran vinculación con la ciudad de Pontevedra, ya que era dueño de la carabela Santa María, antes conocida por La Gallega, hecha en los astilleros de A Moureira, según testimonio del Padre Sarmiento. El marino y cartógrafo cántabro (nació en Santoña en 1460) acompañó a Cristóbal Colón en sus dos primeros viajes al nuevo mundo. Falleció el 28 de febrero de 1510 en su séptimo y último viaje, herido por más de 20 flechas durante una batalla con indios en las cercanías de Turbaco, cerca de Cartagena.

Terminó de dibujar la carta de navegación, en la que ya se puede ver el continente americano, en el Puerto de Santa María en octubre del año 1500. Se custodia y exhibe en el Museo Naval de la Armada en Madrid, tal y como explicó ayer Juan Antonio Lago, y es una de las joyas más preciadas expuestas.

Esta carta es el documento cartográfico más importante de la época y en él se puede ver de forma destacada el meridiano trazado a 370 leguas al oeste de las islas portuguesas de Cabo Verde, que señala la interpretación del Tratado de Tordesillas de 1494, que anuló el anterior que trazaba un paralelo de división asignando las tierras del sur para Portugal y las del norte para España.

Durante la Guerra de la Independencia, la carta de navegación desapareció de España y fue llevada a Francia. Fue rescatada en una tienda de antigüedades en 1832 en París. Fue vendida en una subasta y recuperada por las autoridades españolas gracias al historiador coruñés Ramón de la Sagra, que comunicó su venta al Ministro de Marina, que la adquirió por 4.3421 francos. El director del Depósito Hidrográfico, Jorge Lasso de la Vega, decidió que la carta fuese depositada en el museo madrileño.

Primera copia

La reproducción entregada ayer, de 1892, fue la primera que se hizo a tamaño natural y en colores. Tiene una medida de 185 centímetros de largo, 92 de ancho y ocupa 212 grados del total de la circunferencia del globo terráqueo. Fue hecha para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América por los señores Cánovas, Vallejo y Traynor. La acompaña un libro en edición facsímil en tres idiomas.

En Santo Domingo, en el Faro de Colón, hay una reproducción hecha por un artista dominicano.