Dice la tradición que un anciano en el siglo XVII, al estar impedido para ir a buscar agua para regar su huerta, le pidió a la Virgen que le ayudase. La Santa hizo brotar agua junto a la casa del anciano y él, para agradecérselo, construyó en su honor una fuente con su imagen. Esta fuente recibió el nombre de "Fonte de Rozavella". Décadas después se construyó el templo donde se celebra la procesión de la Virgen de los Milagros, el segundo domingo de septiembre.

A la cita acuden multitud de devotos para solicitar la intercesión de la Virgen, pero no solo en la jornada central. Amil se convierte desde ayer y hasta el próximo día 24 en un hervidero de fieles que participan en la novena, la "Baixada da Santa", las celebraciones de vísperas, la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe y otras muchas citas festivas y religiosas.

Es una de las romerías con más tradición en Galicia, con caminatas diurnas y nocturnas, decenas de kilómetros, colas de más de dos horas, empujones... todo por tocar la imagen de la Virgen de los Milagros, la santa que congrega a miles de devotos que le quieren agradecer el haber superado alguna grave enfermedad o que se haya recuperado un ser querido al que ofrecieron o simplemente pedir su ayuda para afrontar situaciones complicadas o la pérdida de alguien especial.

Mañana domingo la misa solemne es a las 12.00 horas, pero el principal atractivo es la "Baixada da Santa", a las ocho de la tarde, con el acompañamiento de la Banda de Música de Moraña.