El primer fin de semana de vendimia en la Denominación de Origen Rías Baixas se cerró con menos precipitaciones de las deseadas por el sector y con 1,5 millones de kilos de uva introducidos ya en las bodegas.

Son una veintena de firmas vitivinícolas las participantes en este arranque de campaña -todo comenzó en torno al día 23-; las mismas que con los racimos recogidos a lo largo de la jornada de ayer han superado ya los dos primeros millones de kilos en una cosecha que, cabe insistir, será la segunda más importante en la historia del Consello Regulador y puede situarse entre los 38 y los 40 millones de kilogramos.

Aunque habrá que esperar prácticamente un mes antes de conocer el balance definitivo y oficial, ya que esta recolección -anticipada entre tres y cuatro semanas respecto a lo habitual- va a ser un "goteo" constante en las operaciones de vinificación.

Esto es tanto como decir que va a ser mucho más escalonada de lo habitual. Por tanto las bodegas van a incorporarse poco a poco a la actividad, de tal forma que a lo largo de esta semana podrían empezarla entre diez y veinte firmas vitivinícolas más, incorporándose las restantes -hasta 180- en las semanas posteriores.

A modo de ejemplo puede decirse que bodegas como Santiago Ruiz o Mar de Frades fueron dos de las encargadas de dar el pistoletazo de salida, que los socios de la cooperativa Martín Códax empezaron a recoger los racimos a finales de la semana pasada y que otras empresas, como la ribadumiense Bouza do Rei, esperarán aún hasta la semana que viene para dar el primer paso.

Según lo previsto

De lo que no cabe duda es de que la actividad marcha según lo previsto y puede hablarse de absoluta normalidad, independientemente de que bodegueros y viticultores sigan deseando unos días de lluvias copiosas para hidratar la uva y rebajar su acidez.

En cualquier caso, a medida que avanza la recolección queda más claro si cabe, como habían anticipado los técnicos de campo y enólogos, que el producto goza de unas excelentes condiciones, sin duda gracias a la bonanza primaveral y a la ausencia de plagas y enfermedades significativas durante prácticamente todo el ciclo vegetativo y/o productivo.