La apertura al marisqueo de la parte interna de la ría de Pontevedra, decretada por la Consellería do Mar tras constatar una mejora en la clasificación microbiológica de las aguas de la zona, es valorada con cautela por la patrona mayor de la Cofradía de Lourizán. "El mar hay que trabajarlo. Cuando más lo trabajas, mejor recurso encuentras porque hay mayor fijación", asegura.
"Nosotros hicimos regeneración de sustrato a mano e incluso en los últimos tres años empezamos a meter tractores para labrar y aliviar, pero no es suficiente, porque el banco marisquero de Lourizán tiene un problema: que no tiene un acceso tan fácil como para meterte en él a trabajar", explica.
Además, la marea muy baja no ayuda a la utilización de maquinaria como los tractores. "Hay que aprovechar las mejores mareas", puntualiza.
"El terreno está duro, hay mucha alga por la zona, que empezó a aparecer esta semana...", se lamenta.
En cualquier caso, considera que si se trabaja de forma habitual o si se establecen subzonas para el trabajo intensivo, el área comenzará a producir a pleno rendimiento.
La parte comprendida entre Punta Praceres y el muelle de Lourido lleva catalogada como zona C, cerrada al marisqueo, desde el año 1998. Fue a principios de agosto cuando el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar) decidió que pasase a ser zona B, de modo que el producto se pueda comercializar tras pasar por una instalación depuradora.
