La situación de sequía que tanto preocupa estos días en numerosos municipios de la comarca pontevedresa parece haber llegado con cierta sorpresa por un verano en el que tampoco la sensación fue de calor abrasante en la mayoría de los días, salvo picos excepcionales tanto en junio como hace apenas una semana, cuando se batió el récord con una temperatura máxima en la capital que superó los 38 grados centígrados el sábado 20 de agosto.

Sin embargo, un análisis de los datos históricos que recopila MeteoGalicia en su web permite observar que realmente los pontevedreses llevan ya mucho tiempo sin ver llover. O cuando menos ver llover con fuerza, intensidad y de forma continuada. Un análisis de los datos de la estación de Campolongo permiten observar que en lo que va de año su pluviómetro recogió 667 litros por metro cuadrado, cuando la cifra a esta misma altura del año anterior era ya de 1.606 litros por metro cuadrado, casi el 60% por ciento más. Y eso que el verano de 2016 también fue bastante seco.

Si la comparación con el año anterior no es suficiente, se puede echar un vistazo a los datos históricos y también se comprueba fácilmente que este año está lloviendo mucho menos. Los 657 litros por metro cuadrado de estos primeros ocho meses del año (a la espera de un final de agosto que, afortunadamente, parece presentarse lluvioso) están por debajo de los 793 litros que se presentan como valores medios para los ocho primeros meses del año.

No obstante, la explicación para la sequía hay que buscarla, fundamentalmente, en la pasada primavera. Es cierto que todos los meses, con la excepción de mayo, han tenido precipitaciones muy por debajo de los valores habituales. Pero es abril el que, con claridad, genera el mayor déficit hídrico del total que acumula la comarca. Aquel abril soleado y con temperaturas que llegaron a subir de los 30 grados acumuló apenas 16 litros por metro cuadrado a las reservas de agua, cuando lo habitual es una media de entre 95 y 134. Si el cálculo de las precipitaciones se realizan sumando solo los últimos meses, los de primavera y verano, en la comarca de Pontevedra ha llovido casi la mitad de lo que es habitual según los registros históricos. Entre marzo y el 25 de agosto se recogieron 238 litros por metro cuadrado frente a los 459 que históricamente suelen recogerse. Afortunadamente mayo aportó 163 litros por metro cuadrado, por encima de lo habitual y finalmente entre junio, julio y agosto apenas se recogieron 60 litros por metro cuadrado, cuando lo normal son entre 90 y 157.

Otra explicación a la situación de sequía es que cuando finalmente llueve, las precipitaciones suelen no ser intensas. Según los datos de la estación de Campolongo, en el centro de Pontevedra se recogieron precipitaciones por encima del litro por metro cuadrado en 61 días, frente a los 101 del año anterior desde enero. Si reducimos el cálculo a los últimos cinco meses, es decir la primavera y el verano, los días de lluvia desde el 20 de marzo fueron apenas 29, es decir, uno cada cinco días. Pero es que además en apenas doce jornadas las lluvias fueron lo suficientemente intensas como para que los pluviómetros acumulasen cantidades superiores a los diez litros por metro cuadrado.

Balance de julio

En julio pasado llovió durante cuatro jornadas, una cifra que no desentona con la media habitual que es de cinco días de precipitaciones a lo largo del todo el mes. Lo que sí que desentona es la cantidad de agua que cayó, dado que apenas se recogieron en todo el mes diez litros por metro cuadrado cuando los valores habituales apuntan a una media de entre 22 y 37 litros. Lo que quiere decir que apenas llueve y que, cuando lo hace, el agua que cae apenas es suficiente para recuperar los manantiales.