Después de casi toda una carrera profesional desarollada en la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra, con algunos paréntesis para servir en el País Vasco, Las Palmas, Oviedo y cinco misiones internacionales, el coronel Miguel Estévez Lara cede el mando del Instituto Armado en la provincia de Pontevedra esta misma semana para incorporarse a su nuevo puesto en la embajada de España en Chile. Allí asumirá una vacante en la consejería de Interior de la legación española en el país andino, pendiente todo aquello cuanto ocurra en ese país que pueda afectar a la seguridad de España así como a los más de 70.000 españoles que se calcula que residen en Chile.

En su despedida, Miguel Estévez quiso hacer balance de estos dos años al frente de una Comandancia que "me formó como guardia civil" y que "siempre llevaré en el corazón". "Hemos realizado servicios importantes", explica, "bajo mi dirección, es verdad, pero es que es muy fácil mandar esta Comandancia con los profesionales que tiene", explica.

Cuando se le pregunta si puede destacar alguno de los operativos de los que se siente más orgulloso, el coronel de la Guardia Civil de Pontevedra no duda: "El que permitió detener a los Morones nos preocupó mucho", asegura. Especialmente "por la intranquilidad que suponía toda esta presión que tenían determinados vendedores ambulantes, incluso muchos de la propia etnia gitana que veían como otro grupo de la misma etnia les explotaba con técnicas medievales como el destierro". Destacó además que en aquella investigación fue un gran ejemplo de coordinación con la Fiscalía y la judicatura y que afortunadamente dio sus frutos.

No obstante, Estévez Lara reconoce que también deja algunas cuestiones en la casilla el "haber". Una de ellas afirma que es la violencia de género. Padre de dos hijas y "rodeado de mujeres", el máximo mando de la Guardia Civil en Pontevedra considera que hay que seguir combatiendo duramente los malos tratos y la violencia sobre la mujer: "Como hombre siento vergüenza ajena de lo que hacen estos descerebrados", afirma.

En este punto recordó expresamente el caso que más le conmocionó: "Lo que más me partió el corazón fue el monstruo de Moraña". Asegura que el asesinato de las niñas Amaya y Candela a manos de su padre, David Oubel, es algo que "a pesar de todos los años de servicio este asesinato fue lo que más me dolió".

Estévez Lara explica que ahora asume un nuevo destino "con mucha ilusión y ganas de trabajar", en un cometido muy diferente al que desempeñaba hasta ahora: "No tiene nada que ver con mandar a 1.600 hombres como hasta ahora" pero cuenta con otros alicientes como representar al Ministerio del Interior en Chile por lo que "el listón será muy alto". La duración de la misión será de 4 años y una vez finalizada regresará de nuevo a Pontevedra, en donde reside, para pasar ya a la reserva.

Delitos tecnológicos

En su balance de estos dos años de gestión al frente de la Guardia Civil subrayó también los resultados de la lucha contra el narcotráfico a través del ECO Galicia y la EDOA de Pontevedra, no solo con golpes a las grandes mafias y la incautación de importantes alijos, sino con una labor que definió como "muy importante" de desarticulación de pequeños grupos dedicados a tráfico medio en villas y pueblos de la provincia.

El hasta ahora máximo mando de la Guardia Civil en la provincia también destacó la labor desarrollada en otros ámbitos, como la lucha contra los delitos tecnológicos, la criminalidad en internet y la pornografía infantil.