Un enfermo de alzhéimer cuesta a la sociedad pontevedresa una media de 25.000 euros al año, un gasto que es asumido, en gran parte por su familia. Así lo asegura la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer y otras Demencias de Pontevedra, Afapo, que recalca la importancia de concienciar a la sociedad, pero sobre todo a las administraciones públicas, sobre esta dolencia y su diagnóstico precoz, para optimizar al máximo su tratamiento.

Las principales reivindicaciones del colectivo se centran en la petición de recursos públicos para hacer frente a la enfermedad. "Sobre todo, pedimos recursos para las personas que se encuentran en una fase leve o recién diagnosticada", destaca José Manuel Fontenla, presidente de Afapo. Además, hace hincapié en que las ayudas para los que se encuentran en fase avanzada nunca llegan o "no llegan a tiempo".

El colectivo atiende actualmente a un centenar de pacientes, la mayoría mujeres. Se reparten entre diferentes centros: 35 en el centro de día de la Xunta, 40 en su centro privado, 15 en Marín , otros 15 en Silleda y 12 en Vila de Cruces. Asimismo, trabajan con medio centenar de personas sanas en actividades de envejecimiento preventivo activo, con talleres para mayores de 65 años y con vistas a evitar el deterioro cognitivo.

Atención a familiares

Las reivindicaciones de Afapo han sido trasladadas al equipo que se encarga de elaborar el conocido como "plan funcional" del futuro hospital Montecelo. La asociación pide, en este sentido, un espacio habilitado en el nuevo centro ampliado para la atención de los pacientes, "para que realicen una labor similar a la que nosotros hacemos". "Las asociaciones no tendrían ningún sentido si hubiese un servicio público que hiciese este trabajo que hacemos nosotros", subraya Fontenla.

"Cada vez hay más personas que sufren la enfermedad y las asociaciones nos encontramos desbordadas", añade.

En este sentido, destaca que lo que se reclama es que se de el asesoramiento necesario a las familias, que son las que, al fin y al cabo, llevan todo el peso de la enfermedad. "El Sergas atiende al enfermo, pero no atiende a las familias. Nosotros queremos que tengan su asesoramiento, su alivio... para que tengan una mejor calidad de vida", resume.

"Tener en una familia una persona que sufre alzhéimer supone un giro en la vida de todos, menor calidad de vida y hasta un problema económico, porque hay que estar atendiéndola las 24 horas del día y la gente tiene que trabajar, tiene sus propias vidas", explica.

Por ello, recuerda que, según datos de la La Confederación Española de Alzheimer (Ceafa), "el coste que supone a la sociedad un enfermo de alzhéimer está en torno a los 25.000 euros al año, que es asumido por la familia en gran parte".

En el área sanitaria de Pontevedra hay entre 4.500 y 5.000 casos prevalentes de alzhéimer y otras demencias. Cada año se detectan unos 750 casos nuevos cada año. La mayor parte son mayores de 60 años.

Hoy día no se conocen las causas de la enfermedad, neurodegenerativas, que se manifiesta con deterioro cognitivo y trastornos conductuales. Se caracteriza por la pérdida de memoria y otras capaciades mentales.

Los signos de alarma, recuerda José Manuel Fontenla son la pérdida de espacio temporal, "no saben en qué día viven"; espacial, "no se ubican"; problemas de falta de higiene, y las dificultades para manejar el dinero. De ahí la importancia de la detección precoz en la que tanto insiste Afapo.